El sexo seguirá siendo un tabú si no hay una educación sexual adecuada. La costumbre es limitarse a lecciones sobre métodos anticonceptivos y no se estudia con seriedad comportamientos, conductas, agresiones y un sin número de señales que indican que, en algún momento, usted ha sido o fue víctima de abuso sexual.
El abuso sexual no siempre tiene que ver con penetración y la mayoría de las veces, socialmente, la victima termina siendo además de agredida, la culpable por “provocar “a su agresor. Así que es muy común aceptar alguna serie de afirmaciones que NO son motivos para atacar sexualmente a una mujer o a un hombre porque:
- Se viste de forma provocadora.
- Está bajo el efecto del alcohol o de cualquier otra sustancia psicoactiva.
- Tiene muchas parejas sexuales y le resta credibilidad si denuncia algún tipo de abuso.
- No debe coquetear si no tiene la intención de tener relaciones sexuales.
También es violencia sexual:
- Hacer comentarios y sugerencias de tipo sexual no deseados.
- Besar a alguien contra su voluntad.
- Tocar de forma no deseada.
- Dar de forma deliberada alcohol o drogas para poder mantener relaciones sexuales.
- Obligar a la pareja a mantener relaciones sexuales no deseadas.
- Quitarse el preservativo durante las relaciones sexuales después de acordarlo.
- El matrimonio infantil.
La violencia sexual tiene sus alcances en el mundo virtual:
- Enviar correos electrónicos o mensajes de texto con contenido sexual no deseados.
- Presionar a una mujer para que envíe fotos de sí misma desnuda.
- Compartir fotografías o videos de carácter sexual a través de redes sociales (Facebook, WhatsApp, Instagram, etc.) sin el consentimiento de las personas que aparecen en el mismo.
- Chantajear con difundir fotografías o videos de carácter sexual.
De todo lo anterior, quiero advertir sobre una peligrosa tendencia de agresión sexual, en la que el hombre se quita el preservativo, luego de acordar su uso con su pareja. Se conoce como stealthing, un término inglés que quiere decir, secretamente o en sigilo.
Un estudio realizado por la abogada especialista en derechos civiles Alexandra Brodsky publicado en el Columbia Journal of Gender and Law, la revista de la Universidad de Columbia de Género y Derecho afirma que: “entrevistas con personas que han experimentado el retiro del preservativo indican que esa práctica no consensual es común entre jóvenes sexualmente activos”.
Las organizaciones defensoras de los derechos sexuales de las mujeres alegan que esta conducta debe ser tratada como una violación y lo más preocupante es que pocas veces es denunciado.
El estudio de Brodsky señala que esta práctica: “expone a las víctimas a riesgos físicos tales como embarazo o ETS y que muchas lo experimentan como una grave violación a su dignidad”.
La pregunta #sinrecato es: ¿Puede considerarse ese acto como un delito sexual? De acuerdo con la abogada Sandra Paul, experta en delitos sexuales: “La ley no es igual en todo el mundo, pero la persona está, potencialmente, cometiendo una violación. Tiene que haber algún acuerdo de que se va a usar el condón o que se va a retirar. Si la persona no sigue las reglas, la ley dice que no hubo consentimiento”.
Si en algún momento pasas por esta situación, debe denunciar su agresor. Y si le hace sentir mejor, debe hablar con alguien de su confianza, un amigo o familiar o consultar a un especialista. Es importante ser escuchado y apoyado.
Lamentablemente, en la mayoría de los casos de violencia sexual no hay muchas denuncias entre otras por miedo al agresor que, en un alto porcentaje, es un conocido o familiar, por vergüenza, o temor a que no le crean lo sucedido, o a ser culpado de dicha agresión.
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