El columnista invitado, el psicólogo y sexólogo, José Manuel González (*), aborda el tema de la sexología a partir de las dificultades que aún persisten para de tratar ‘las cosas por su nombre’, como el lema de nuestro portal sinrecato.com
“La sexología es una ciencia y una profesión incómoda. No solo hay que cuidar lo que uno va a decir en un artículo, conferencia o conversación con un paciente, o con un alumno, sino también cuáles palabras va a utilizar para que no se incomode al otro, pero que al mismo tiempo las entienda claramente.
Eso no ocurre en las otras áreas de la ciencia, como la Medicina o la Psicología. En estas disciplinas a las cosas se las llama por su nombre, solo en la sexualidad los órganos genitales o las prácticas que se viven se conocen mediante nombres coloquiales.
A ninguna otra parte del cuerpo, que no esté relacionada con la sexualidad, se la llama por un nombre sustituto. A la oreja se le llama oreja y a la mano se le llama mano. Igual a las actividades de comer, conversar, etc. Pero al pene, a los testículos, el clítoris y a la vulva, pocas veces se los denomina con el nombre respectivo, tampoco se habla normalmente utilizando la palabra coito.
La dificultad para llamar a las cosas por su nombre en la sexología muestra lo incómodo que se hace trabajar en la disciplina, si el sexólogo no está bien formado.
No ocurre así con la formación y el entrenamiento de un cardiólogo, de un pediatra, de un arquitecto o de un administrador de empresas. El sexólogo requiere un entrenamiento especial para poder dirigirse al paciente, o alumno, sin herir su susceptibilidad.
Hacer que el otro no se sienta ofendido ni avergonzado por un lenguaje muy directo y, al mismo tiempo, usar un lenguaje que se pueda entender, pues generalmente los consultantes no están acostumbrados a usar palabras técnicas o los nombres correctos de sus genitales y acciones sexuales (a veces, ni siquiera los conocen).
Mientras la sexología y la sexualidad sigan siendo un tema casi tabú, aún en las Facultades de Medicina y de Psicología, esta actividad profesional tendrá muchas dificultades.
Hoy, con muy pocas excepciones, como la Universidad de la Costa y la Universidad de Cartagena, no existen cursos regulares de sexología en las instituciones de educación superior de nuestro medio.
El machismo imperante en nuestra cultura es una causa importante de la ausencia de la sexología en nuestro entorno universitario, dado que la investigación sexológica deja sin fundamentos varios de los preceptos importantes de la visión machista de la sexualidad y de la pareja humana.
Las intervenciones sexológicas, tanto a nivel psicosocial como terapéutico, son cada vez más urgentes en nuestro medio.
Las noticias de abusos sexuales recientes en los medios de transporte público vienen a completar las falencias de nuestra formación en el área sexual que se manifiestan con los altos índices de contagios de infecciones de trasmisión sexual, la alta incidencia de embarazos no planeados en adolescentes, los procesos de divorcios que aumentan cada día y la frecuencia cada vez más alta de la disfunción eréctil, la eyaculación precoz, la resequedad vaginal y la disfunción orgásmica”.
www.drjmgonzalez.com
(*) Columna tomada de El Heraldo de Barranquilla
No Comments