Hoy, 7 de agosto, termina en el mundo la Semana Mundial de la Lactancia Materna, liderada por Unicef y la Organización Mundial de la Salud, desde 1992. En ella se promueve, sobre todo entre las mujeres gestantes, la importancia vital de alimentar a sus bebés con ‘leche de pecho’, en los primeros meses de su desarrollo.
En esta ocasión el lema del trabajo de concientización, ‘Hagamos que la lactancia materna en el trabajo funciones’, estuvo dirigido a los empleadores para que sea más flexibles en el tratamiento hacia ellas, cuando estén en dicha etapa de crianza.
Unicef y OMS revelan, con cifras, el panorama en el mundo precisando que hay más de 500 millones de mujeres trabajadoras que no se benefician de medidas de protección de la maternidad y que deben ser esenciales en las legislaciones de las naciones.
Además que “tan solo el 20% de los países exigen a los empleadores que ofrezcan a las empleadas pausas remuneradas e instalaciones para la lactancia o la extracción de leche… Y menos de la mitad de los menores de 6 meses se alimentan exclusivamente de leche materna”.
De allí que los dos organismos, adscritos a las Naciones Unidas, insistan a los generadores de empleo a “brindar un mayor apoyo a la lactancia materna en todos los lugares de trabajo para mantener y mejorar el progreso de las tasas de lactancia materna a nivel mundial”.
El llamado está consignado, a través de un manifiesto que suscriben la directora Unicef, Catherine Russell, y director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, y del que reproduzco aspectos importantes:
Ellos sostienen que, en la última década, la prevalencia de la lactancia materna exclusiva ha aumentado en 10 puntos porcentuales, hasta alcanzar el 48% en el mundo.
“Países tan diversos como Costa de Marfil, Filipinas, Islas Marshall, Somalia y Vietnam han logrado obtener grandes aumentos en las tasas de lactancia materna, lo que demuestra que es posible progresar cuando se protege, promueve y apoya la lactancia materna”, destacan a manera de ejemplo.
Advierten Russel y Adhanom que para alcanzar el objetivo mundial, como es llegar al 70% en el año 2030, “es necesario abordar los obstáculos que afrontan las mujeres y las familias para lograr los objetivos en materia de lactancia materna. El apoyo en el lugar de trabajo es clave. Las pruebas demuestran que, si bien las tasas de lactancia materna disminuyen significativamente cuando las mujeres se reincorporan al trabajo, estos efectos negativos pueden neutralizarse cuando los lugares de trabajo facilitan que las madres sigan amamantando a sus hijos”.
“Desde los primeros momentos de la vida del niño, la lactancia materna es la intervención por excelencia en materia de supervivencia y desarrollo infantil. La lactancia protege a los bebés contra enfermedades infecciosas comunes y refuerza el sistema inmunológico de los niños y niñas al proporcionarles los nutrientes fundamentales que necesitan para crecer y desarrollar todo su potencial”.
“Los bebés que no reciben leche materna tienen 14 veces más probabilidades de morir antes de cumplir un año que los alimentados, exclusivamente, con leche materna”.
Por ello insisten en el apoyo de los empresarios, pero también de las naciones, la sociedad civil para que redoblen sus esfuerzos en pro de:
1.- Garantizar un entorno favorable a la lactancia materna para todas las madres trabajadoras –incluidas las del sector informal o con contratos temporales– mediante el acceso a pausas regulares para la lactancia y a instalaciones que permitan a las madres seguir amamantando a sus hijos una vez que se reincorporen al trabajo.
2.- Proporcionar permisos remunerados suficientes a todos los padres, madres y cuidadores que trabajen, con el fin de que puedan atender a las necesidades de sus hijos pequeños. Esto incluye un permiso de maternidad remunerado de un mínimo de 18 semanas, preferiblemente durante un periodo de seis meses o más después del nacimiento.
3. Aumentar las inversiones en políticas y programas de apoyo a la lactancia materna en todos los entornos, incluyendo una política y un programa nacionales que regulen y promuevan el apoyo de los sectores público y privado a las mujeres lactantes en el lugar de trabajo.
Yo aprovecho esto de la Semana Mundial de la Lactancia Materna para sugerir que no todo se quede en las acostumbradas acciones durante el instituido periodo, del 1 al 7 de agosto, cada año, sino que las campañas y programas de motivación deben ser constantes, si es que el objetivo apunta a contar con generaciones sanas en materia de nutrición, la base de su desarrollo.
Y me baso en afirmaciones de la misma OMS: “Los niños amamantados muestran un mejor desempeño en las pruebas de inteligencia, son menos propensos al sobrepeso o la obesidad y, más tarde en la vida, a padecer diabetes. Las mujeres que amamantan también presentan un menor riesgo de padecer cáncer de mama y de ovario”.
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