No ha perdido el tiempo la perversa industria de la pornografía para echar mano de la inteligencia artificial, la máxima herramienta de la tecnología, y seguir fortaleciendo el imperio que mueve incalculables fortunas. Lo más recientes es el aumento incontrolado de la denominada tendencia ‘porno deepfake’, a través de internet.
Preocupa que no haya autoridad en el mundo que frene eso, según un reciente artículo del portal Yahoo Finanzas, basado en evaluaciones que han hecho, cada quien por su lado, las empresas monitoreadoras de Internet, Wired y Sensity, y la periodista estadounidense Kat Tenbarge, de NBC News.
Otros aportes en la misma línea temática los hace la reportera Haleluya Hadero, en un artículo para la agencia AP.
Deepfake, en términos entendibles y sencillos, es crear videos combinando imágenes reales y las creadas con inteligencia artificial. El antecedente relacionado con la industria porno lo describe Hadero en una nota de abril pasado: “La pornografía creada con esta tecnología comenzó a difundirse por internet hace varios años cuando un usuario de Reddit compartió clips donde se colocaban rostros de celebridades femeninas sobre los hombros de actores porno”.
La cifra que muestra Wired, y da una idea de cómo ha crecido la tendencia, indica que “hasta septiembre, se subieron más de 113.000 videos falsos y alterados digitalmente a unos 35 sitios web, un 54% más que en 2022”.
Adema, destaca que “una parte significativa del tráfico -entre el 50% y el 80%- a los sitios web que alojan porno deepfake no procede de algún rincón oscuro de la red, sino de las puertas principales de Internet: Las búsquedas en Google y Bing”.
Una buena parte de los videos producidos con imágenes explícitas, aparentemente, no cuentan con el consentimiento de las personas que en ellos aparecen, y cuando son subidos a las plataformas digitales convertidos entretenimiento “exponen, potencialmente, a ciudadanos involuntarios al acoso, el abuso y la vergüenza”.
La investigación de Wired asegura que tiene detectados 35 sitios web diferentes para alojar, exclusivamente, videos de pornografía deepfake o incorporarlos junto con otro material para adultos, y “aunque muchos de los sitios web dejan claro que alojan o difunden videos porno deepfake, esa advertencia no supone una merma en audiencia”; por el contrario, las visitas aumentan en millones.
A propósito de lo anterior, la periodista Tenbarge comenta que “no hace falta entrar en la web oscura ni ser un experto informático para encontrar deepfake porn. Como descubrió NBC News, dos de los mayores sitios web que alojan este contenido son fácilmente accesibles a través de Google”.
Describe que “los creadores de los sitios utilizan la plataforma de chat en línea Discord para anunciar sus productos, y la gente puede pagar con tarjetas Visa y Mastercard. El negocio está tan en auge que dos populares creadores de deepfakes están anunciando puestos remunerados para ayudarles a crear contenidos”.
Por su parte, Sensity descubrió, en 2019, que en el 96 por ciento de los ‘deepfakes sexuales no consentidos’, el 99 por ciento estaban protagonizados por mujeres, con cual confirmaba que ellas son las más afectadas con esta tendencia.
¿Pero cuánto puede estar moviendo el porno deepfake a nivel comercial? La periodista de NBC da algunas luces para establecer estimativos. “Un creador ofreció en Discord hacer un deepfake de cinco minutos de una ‘chica anónima’, es decir, cualquiera con menos de 2 millones de seguidores en Instagram, por 65 dólares”.
Otro episodio se relaciona con el caso de un habitual comprador de material pornográfico que admitió haber adquirido un porno deepfake a un streamer (persona que genera contenido y lo transmite en directo) para divertirse con su círculo íntimo de amistades, pero terminó dando pistas para la masificación, pues al hacer “una retransmisión en directo, accidentalmente, mostró ventanas del navegador abiertas a un sitio web de alguien que hacía deepfakes de streamers”.
A partir de allí, según el artículo de Yahoo, “las búsquedas de deepfake porn en Google se dispararon”. Y concluye en que “a estas alturas parece imposible que internet deje de inundarse con estos videos falsos. Lo que sí es más posible es que los legisladores y las empresas tecnológicas empiecen a ver el problema del porno deepfake no consentido como la emergencia que es y exijan responsabilidades a sus creadores y facilitadores”.
Entre tanto, la reportera Hadero, citando expertos, dice que el problema creció a medida que se hizo más fácil hacer deepfakes sofisticados y visualmente atractivos, y “podría empeorar con el desarrollo de herramientas de inteligencia artificial generativa que se entrenan en miles de millones de imágenes de internet y arrojan contenido novedoso utilizando datos existentes”, pese a que hay empresas que están restringiendo el uso de la inteligencia artificial para crear videos.
Sin embargo, Adam Dodge, el fundador de EndTAB, que brinda capacitación sobre abusos habilitado por la tecnología, le aseguró a Haleluya que “la realidad es que la tecnología continuará proliferando, continuará desarrollándose y seguirá siendo tan fácil como presionar un botón”.
De mi cosecha: El freno está en uno mismo, en la responsabilidad y madurez ante las bondades de la tecnología y la inteligencia artificial. Es ser consciente que se trata de una herramienta esencial para fortalecer el conocimiento y hacer el bien… Ya está bueno de tanta maldad.
No Comments