Una especialista española expone reflexiones sobre el papel que deben reformar las familias con respeto a la sexualidad, acorde con el desarrollo de las sociedades que va a millón. Primera entrega.
Redacción #sinrecato
“Padres, profesores, médicos y educadores todos tenemos parte de responsabilidad de hacer que se pase a un modelo global de sexualidad”, asegura la psicóloga, sexóloga y especialista en terapia de pareja Teresa Vaquero Romero.
Ella de nacionalidad española, miembro del equipo del portal Psicoterapeutas.com, con epicentro en Madrid expone puntos clave a tenerse en cuenta en el proceso de educación sexual, partiendo de la definición básica.
En tres entregas, sinrecato.com compartirá, de manera resumida, los planteamientos de la experta psicóloga acordes con las actuales circunstancias sociales en donde la familia, núcleo de la sociedad, está llamada a autoevaluarse y redefinir su papel en el tema.
Para Vaquero, la educación sexual es “una intervención explícita o implícita encaminada a que los jóvenes aprendan a conocerse, aceptarse y ser felices, que disfruten con lo que hacen y tengan experiencias enriquecedoras, disminuyendo al máximo las probabilidades de sufrir consecuencias no deseadas como embarazos o enfermedades de transmisión sexual”.
Sin embargo, la especialista sostiene que lo último del enunciado “no se está cumpliendo como nos gustaría, muchos jóvenes viven su sexualidad de forma poco responsable y se arriesgan a sufrir consecuencias que no desean”.
Deduce que lo anterior es producto de la tendencia de los jóvenes a ser más liberales, “si antes había que estar casado, enamorado y comprometido, ahora basta con que nos gustemos y los dos queramos”.
También al acceso a las relaciones sexuales coitales, cada vez, más temprano, y destaca el caso de su país que en 1977, la edad promedio era de 22 y 23 años, ya en el 2004 esta se ubica entre los 16 y 18 años.
Otros factores tienen que ver con relaciones coitales con un mayor número de parejas, entre tres y cuatro en la adolescencia; que las jóvenes ahora son más lanzadas y atrevidas; que “la sociedad ofrece a los adolescentes mensajes contradictorios sobre la sexualidad: Por un lado, incita al consumo y a la búsqueda de emociones positivas y búsqueda de placer, invita a la actividad sexual, pero niega la educación sexual en la familia y en la escuela”.
De igual manera, Vaquero manifiesta que los adolescentes de ahora “se sienten sanos e invulnerables ante los riesgos. Ponen en duda lo que les dicen los adultos, dan más importancia a los valores, conductas y presiones del grupo de iguales”; y que son incapaces de decir no a practicar conductas sexuales arriesgadas y búsqueda de alternativas igualmente placenteras, pero seguras.
Por último, la especialista reitera que al “hacer educación sexual la información es importante pero no suficiente. Los jóvenes de hoy llegan a la adolescencia educados en un discurso que gira en torno a la capacidad para reproducirse: “hija, a partir de ahora, ten cuidado con los chicos porque te puedes quedar embarazada”, “hijo, en este cajón siempre habrá preservativos, úsalos”, la sexualidad queda, de esta manera, reducida al coito. La erótica se convierte en sinónimo de genital, reproductivo y heterosexual”.
El campanazo de alerta para enderezar la ruta está dado por la experta, la recomendación a las familias es reflexionar sobre rol desempeñado, hasta el momento, en materia de educación sexual a las futuras generaciones.
Espere la segunda entrega: El papel de los padres de familia.
Expertos enseñan a convivir en aislamiento - Sin Recato
•5 años ago
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