Una vieja costumbre es cuestionada por el sexólogo y psicólogo, José Manuel González (*), nuestro invitado especial del mes para que comparta sus conocimientos y experiencias:
“En estos momentos se discute bastante sobre la automedicación. Todos conocemos a la madre o la tía que fomenta la automedicación. También sabemos de las frecuentes orientaciones de los empleados que atienden los mostradores de las farmacias.
Varios factores pueden facilitar la automedicación. Algunos de ellos son:
Acceso fácil a medicamentos sin receta. En muchos lugares es posible adquirir medicamentos sin necesidad de una prescripción médica, lo que puede llevar a que las personas se automediquen sin la debida supervisión de un profesional de la salud.
Falta de información. La falta de conocimientos sobre los riesgos y las consecuencias de la automedicación puede llevar a las personas a tomar decisiones sin tener en cuenta los posibles efectos secundarios y las contraindicaciones de los medicamentos.
Diagnóstico erróneo. Las personas pueden confiar en su propia evaluación de los síntomas y tratar de encontrar una solución rápida sin buscar una opinión médica adecuada. Esto puede llevar a un tratamiento inadecuado.
Costos altos y acceso limitado a la atención médica. Generalmente la falta de acceso a servicios de salud o los altos costos pueden llevar a la automedicación.
En lo sexual
La automedicación en temas de sexualidad puede ser muy peligrosa por varias razones. En primer lugar, cada persona es única y lo que funciona para una persona puede no ser adecuado para otra.
Por otro lado, automedicarse puede llevar a tomar dosis incorrectas o utilizar medicamentos inapropiados, lo que puede tener efectos secundarios negativos o incluso ser perjudicial para la salud.
Además, la automedicación puede ocultar problemas subyacentes más serios que requieren atención médica especializada. Por ejemplo, algunos trastornos sexuales están producidos por tumores cerebrales, y aunque la automedicación funcione a corto plazo, el paciente ni siquiera sospecha que tiene un grave problema cerebral.
También es importante mirar que algunos problemas sexuales permiten predecir fácilmente la alta posibilidad de un infarto, información que no conocen muchas personas.
No hay datos específicos que indiquen qué grupo de personas se automedican más en temas de sexualidad. Sin embargo, es importante destacar que la automedicación puede ser común en personas que sienten vergüenza o temor de buscar ayuda profesional para abordar problemas sexuales.
También es cada vez más común en jóvenes que desean vivir experiencias sexuales más intensas. Son jóvenes que no tienen problemas sexuales y por lo tanto no necesitan consumir ese tipo de medicamentos.
Y aquí se presenta un problema muy frecuente, esos jóvenes muy rápidamente se vuelven adictos al medicamento y pierden la posibilidad de vivir tranquilamente sus relaciones sexuales sin consumir el medicamento”.
(*) Columna tomada de El Heraldo de Barranquilla.
www.drjmgonzalez.com
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