Un grupo de investigadores sociales y científicos de los países miembros de la Organización Mundial de la Salud, OMS, ha venido trabajando en el impacto de la demencia en la población mundial y aunque en enero del 2019 dieron a conocer algunos resultados y proyecciones, estos no hay que confinarlos en el ‘cuarto de San Alejo’.
En el presente mes, julio del 2024, se publicó una actualización y allí, Ren Minghui, subdirector general de Cobertura Universal de Salud/Enfermedades Transmisibles y No Transmisibles, de la OMS, en la introducción del texto que recoge un resumen del trabajo, ‘Reducción del riesgo de deterioro cognitivo y demencia: directrices de la OMS’, señala que en el año 2015, la demencia afectó a 50 millones de personas en el mundo, aproximadamente a un 5% de la población mundial de mayores de 60 años.
“Se prevé que el número de personas con demencia aumente a 82 millones en 2030 y llegue a 152 millones en 2050, y se estima que la demencia en algún momento afectará a entre 5% y 8% de la población de 60 años de edad o más, porque aumenta exponencialmente en la vejez, y la población mundial está envejeciendo… Los mayores aumentos se prevén especialmente en los países de ingresos bajos y medianos donde los cambios demográficos serán más marcados”, señala.
A raíz de las investigaciones, y luego de que, en mayo del 2017, en la 70ª Asamblea Mundial de la Salud se respaldara el ‘Plan de acción mundial sobre la respuesta de salud pública a la demencia 2017-2025’, se invitó a los países a poner en marcha respuestas nacionales ambiciosas para afrontar este desafío a la mayor brevedad posible, a partir de una serie de recomendaciones.
“Insto a todos los interesados directos a que aprovechen al máximo estas recomendaciones para mejorar la vida de las personas con demencia, sus cuidadores y sus familias”, alerta Minghui.
Un resumen de las recomendaciones, que en detalle están en el documento de 98 páginas, publicado en el portal oficial de la OMS, es el siguiente:
- Se debe recomendar actividad física a los adultos con una función cognitiva normal para reducir el riesgo de deterioro cognitivo.
- Se puede recomendar actividad física a los adultos con un deterioro cognitivo leve para reducir el riesgo de deterioro cognitivo.
- Se deben ofrecer intervenciones para abandonar el consumo de tabaco a los adultos que lo usan porque pueden reducir los riesgos de deterioro cognitivo y demencia, además de aportar otros beneficios para la salud.
- Se puede recomendar una alimentación similar a la mediterránea a los adultos con una función cognitiva normal o un deterioro cognitivo leve para reducir el riesgo de deterioro cognitivo o de demencia.
- Se debe recomendar una alimentación saludable y equilibrada a todos los adultos, conforme a las recomendaciones de la OMS sobre la alimentación sana.
- No se deben recomendar las vitaminas B y E, los ácidos grasos polinsaturados ni los suplementos multicomplejos para reducir el riesgo de deterioro cognitivo o de demencia.
- Se deben ofrecer intervenciones dirigidas a la reducción o al cese del consumo peligroso y nocivo de bebidas alcohólicas a los adultos con una función cognitiva normal o un deterioro cognitivo leve para reducir el riesgo de deterioro cognitivo o de demencia, además de aportar otros beneficios para la salud.
- Se puede ofrecer entrenamiento cognitivo a los adultos mayores con una función cognitiva normal o un deterioro cognitivo leve para reducir el riesgo de deterioro cognitivo o de demencia.
- La evidencia con respecto a la actividad social en relación con la reducción del riesgo de deterioro cognitivo o de demencia es insuficiente.
- La participación social y el apoyo social están altamente vinculados a una buena salud y al bienestar a lo largo de la vida, y se debe apoyar la inclusión social durante todo el curso de la vida.
- Se pueden ofrecer intervenciones para el sobrepeso o la obesidad a mediana edad a fin de reducir el riesgo de deterioro cognitivo o de demencia.
- Se debe ofrecer tratamiento antihipertensivo a los adultos con hipertensión, conforme a las directrices vigentes de la OMS.
- Se puede ofrecer tratamiento antihipertensivo a los adultos con hipertensión a fin de reducir su riesgo de deterioro cognitivo o de demencia.
- Se debe ofrecer tratamiento a los adultos con diabetes con medicamentos o intervenciones sobre el estilo de vida, conforme a las directrices vigentes de la OMS.
- Se puede ofrecer tratamiento a los adultos con diabetes para reducir el riesgo de deterioro cognitivo o de demencia.
- Se puede ofrecer tratamiento de la dislipidemia a mediana edad a fin de reducir el riesgo de deterioro cognitivo o de demencia.
- La evidencia es actualmente insuficiente para recomendar el uso de medicamentos antidepresivos a fin de reducir el riesgo de deterioro cognitivo o de demencia.
- Se debe proporcionar tratamiento de la depresión consistente en medicación antidepresiva o en intervenciones psicológicas a los adultos con depresión, conforme a las directrices vigentes del mhGAP de la OMS.
- La evidencia es insuficiente para recomendar el uso de audífonos a fin de reducir el riesgo de deterioro cognitivo o de demencia.
- Se debe ofrecer tamizaje seguido del suministro de audífonos a las personas mayores para una detección y tratamiento oportunos de la hipoacusia, conforme a las directrices de la OMS sobre Atención Integrada para las Personas Mayores (AIPM).
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