Un regaño hogareño en ráfaga, sin tregua para interpelar, es cosa seria. El que no lo haya padecido que levante la mano o tire la primera piedra.
#sinrecato, aprovechando la actual coyuntura de aislamiento social, averiguó un poco sobre la denominada cantaleta y encontró detalles interesantes que es bueno compartirlos, incluso sirve de terapia para reflexionar.
Dos definiciones de cantaletear, calificado como verbo transitivo, trae el diccionario de la Real Academia Española. Una primera es “repetir algo hasta causar fastidio”; y la segunda, “regañar reiteradamente”.
Ambas muy usadas por los hispanoparlantes de España, Colombia, Cuba, México, Antillas, Bolivia, Ecuador, Honduras, Panamá y Venezuela; aunque siendo realista es una característica humana mundial.
En Colombia, la cantaleta tiene hasta una composición musical, elevada a la categoría de clásica, con más de 50 años. Su autor, Eduardo Cabas, cuenta que fue una ocurrencia de muchacho para burlarse del ‘sermón cotidiano’ al que lo sometía su mamá ante una desobediencia o travesura, y que en ocasiones lo volvía “loco todo el día”.
A propósito de madres, hasta el momento nadie ha podido dar con el origen de la cantaleta, pero si hay coincidencias de estudios, elaborados por sicólogos y sociólogos, que la ligan a la mujer dentro de su papel natural de ‘impartir educación’, bien sea a su pareja, hijos, incluso a amigos y hasta desconocidos.
Nuevo intento para bajarles la soberbia a los machistas
En cierta ocasión, la periodista Marisol Ortega Guerrero, en un artículo para El Tiempo acerca de la ‘sermoneadera’ incluyó el resultado de un Opinómetro, que si ha tenido variaciones no serían tantas.
Este fue el resultado: ¿Qué lo motiva a cantaletear?: El desorden 49,6%; Que no le hagan caso 19,1%; Que los niños no hagan tareas, 4,8%; Que su esposo llegue tarde 3,7%; Que los niños dediquen mucho tiempo a ver televisión, 2,1%; Que la comida no está caliente 1,4%. Y otro interrogante fue ¿Es usted de los que les gusta cantaletear?: No 57,50%; Sí 42,24%.
En este tiempo habría que agregarle la cantaleta por el apego exagerado a las tecnologías, sobre todo al celular.
Expertos aportan lo suyo
En un artículo que reprodujo El Universal de Cartagena, ‘Estos son los doce hábitos que acaban con las relaciones de pareja’, del diario español El País, se citan las conclusiones de la médica sexóloga y terapeuta de pareja Carolina Londoño Gutiérrez; el psicólogo, sexólogo y terapeuta de pareja Laurent Marchal y el consultor matrimonial del grupo Jesús Salva mi Familia.
Después de citar ‘Callar y callar’, ‘Espiar (el celular, e-mails y llamadas)’, ‘Comparar e invalidar’, ‘Criticar a la familia del otro’, ‘Protagonizar escenas de celos’, ‘Exigir que la pareja cambie’, ‘Abandonar poco a poco a la pareja’, ‘Manejar mal el dinero’, ‘Pelear en público’, ‘Tragar entero’, incluyen… la Cantaleta.
“La cantaleta es una ‘estrategia’ para mostrar un desacuerdo cuando no hay una posibilidad de un diálogo franco. Quien echa cantaleta no se siente escuchado y hay que evaluar qué pasa con la comunicación en la relación”, se asegura en el escrito.
Por su parte, el psicólogo Jaime Sánchez, presidente y fundador del Colegio Latinoamericano de Psicología Comprensiva (Clapcom), le explica al periódico colombiano El Tiempo que “cantaletear es un acto paradójico, porque a pesar de que busca la conquista de la razón, en el sentido práctico resulta un intento desesperado por tener una razón escurridiza que se vuelve repetición”.
Mientras, el médico Sergio Isaza Villa, en su libro ‘Educar sin maltratar, el castigo en la crianza’, sostiene que los regaños tipo cantaleta, luego de repetirse conducen a que no surtan ningún efecto, gracias a que ha ocurrido en el niño un proceso de desenbilización sistemática.
“Si uno observa un comportamiento anómalo, la mejor forma de actuar es hacerlo visible y de inmediato poner en evidencia las intenciones incorrectas, hablándolo siempre en un tono suave pero firme: “Se lo que está haciendo y eso no funciona conmigo”, concluye Isaza.
Motivos para cantaletear
La reportera Juliana Londoño, en el diario El País de España en un extenso artículo, casi que un ‘tratado cantaletero’, destaca motivos para el surgimiento de la cantaleta en una pareja.
Primero de parte del hombre: “Cuando su pareja tarda tres horas en maquillarse y al final sale igual que cuando empezó; el maquillaje, las pinzas, el secador y las colitas de pelo regadas por todas partes; El desorden en el carro en general.
También es detonante poner los pies sobre el tablero del vehículo; cuando a su amada le da por contarle los problemas de sus amigas mientras él se encuentra en la comodidad del sofá viendo un partido (funciona con todos los deportes, pero se agrava si es fútbol); que hagan planes sin consultar su opinión y claro, que él tenga que asistir; que les pregunten mil veces cuál vestido queda mejor y si les parece que se ven gordas; escuchar que ella habla mal de ‘la metida de su mamá’ o las ‘brujas de sus hermanas’; y comentarios respecto a sus amigos (hermanos del alma)”.
Desde la trinchera de ella: “Cuando su príncipe azul se destiñe al dejar todo tirado (ropa interior, zapatos o el plato donde comió); cuando se pasa de hora o de copas con los amigos; cuando olvida los detalles, fechas especiales o ignora el hecho de que ella gastó tres horas maquillándose, y él la ve igual.
Cuando no se sabe el nombre de todas las amigas u olvida el fallido romance por el que la amiga lleva tres años llorando; cuando no contesta el teléfono; al no entender dónde está el ‘cosito’ que lo dejó hace 20 días encima del ‘aparato ese’, (porque es necesario tener un mapa del tesoro o una bola de cristal); cuando no es organizado con el pago de los recibos; cuando le queda grande arreglar algo en la casa o peor aún, se cree Superman; cuando piensa que ella no se dio cuenta que él miró a otra mujer al pasar, (o sonríe más de lo normal con ‘la fulana esa’); y cuando su principal competencia es el carro o el partido de fútbol”.
A manera de contrasentido de lo anterior, otro dato recogido se relaciona con el título de un programa en Radio UCP, de la Universidad Católica de Pereira en la que ‘damos cantaleta de una manera diferente’, según el eslogan. ‘La Cantaleta: reflexionando la vida familiar’ que “propone generar un diálogo y problematización sobre las dinámicas familiares, de tal manera que los oyentes puedan poner en perspectiva sus experiencias y motivar alternativas para el crecimiento familiar…”. El espacio va de 1:30 a 2:00 p.m., los días miércoles, según la promoción para los interesados.
En todo caso, “la cantaleta rompe el equilibrio y el bienestar de la familia. Produce discusiones, desacuerdos, divisiones”, resalta el consejero Familiar Álvaro Gallo, entrevistado por El Tiempo sobre las consecuencia de los ‘sermones caseros’.
No Comments