A lo largo de la cuarentena he tenido la oportunidad de interactuar con seguidores de Sin Recato, y claramente sus perfiles son muy diferentes en cada red social.
En Facebook son algo tímidos pero curiosos; en Instagram son extrovertidos; y en Twitter son los más abiertos en relación a contenido sexual y hay muchas cuentas que ofrecen sus servicios como single, corneador o unicornio.
Entre mis seguidores hay muchos perfiles y tenía curiosidad de conversar con alguien que haya vivido una experiencia swinger (SW).
Le escribí a Manuel* (como me pidió que lo llamara), conversamos casi dos horas y me contó su historia: “Todo empezó hace más de 15 años, en medio de noches de rumbas; un sábado, rumbeaba con varios amigos y mientras bailaba con la esposa de uno de ellos, me la suelta: ¿te gustaría estar con nosotros?.. Yo quedé como que entendía, pero prefería que no. El domingo fuimos a playa parte del grupo. El esposo se me acercó y me dijo: “Ey ayer mi esposa te dijo que si querías estar con nosotros, ella quiere hacer un trío, ¿Te le mides?”, en ese momento entendí todo con claridad y con los tragos playeros terminamos en Juan Mina por varias horas y conocí el mundo swinger (SW)”.
Manuel está casado hace 21 años y lleva casi 16 como SW. En medio de su matrimonio ha tenido una relación que duró cuatro años y otra de nueve años. “Mi esposa lo sabe y ella también la ha pasado bien”, comenta.
“Particularmente, he salido con parejas populares en Barranquilla, pero si los veo en la calle no los conozco, a menos que ellos se me acerquen y me saluden, mientras tanto, todo queda en el pasado”.
Habló de cómo fue esa primera vez, cómo se sintió y lo que pasó de ahí en adelante: “Fue rarísimo, no por la mujer, sino por el hombre. La primera vez no funcioné, aunque tratamos, solo hubo sexo oral, estaba medio temeroso. Al final ellos me contaron que tenían más de dos años de SW”.
Esta pareja le ‘enseñó mucho’ y le presentaron otras parejas y lo invitaron a crear un perfil single en Twitter. Le hablaron de algunas reglas como que tenía un rótulo de single, quien se convierte en un ‘juguete’ para la pareja que quiere disfrutar con ellos. Es importante hablar con las parejas saber que quieren y hasta donde quieren llegar.
Si el single entra a una relación debe correr con los gastos de habitación, tragos, preservativos, etc. Pero como admite Manuel, con el tiempo todo cambia, al final si le caes bien a una pareja ellos te buscan y pagan todo o entre todos pagan y se vuelve más compinchería la cosa.
Twitter es una ventana abierta gratis al mundo SW, parejas comentan que quieren hombres, que se ofrecen mujeres, que ofrecen o venden (scort, prepagos), ahí se ve de todo dice Manuel. De acuerdo al perfil se empiezan a hacer amistades, escribiéndole mensajes directos, y cuando se gana la confianza se escriben por WhatsApp.
Por supuesto que en cuarentena se organizan muchos encuentros virtuales por diferentes aplicaciones meet, zoom, WhatsApp para verse en vivo. “Yo estoy juicioso, le tengo miedo al virus”, confiesa.
Parejas exploradoras
Las parejas swingeres quieren vivir nuevas experiencias. Son matrimonios que quieren salir de la rutina, pero la cuarentena ha dado para todo. También hay parejas jóvenes swingers; es decir, novios, no casados como es lo usual.
“De julio a la fecha han crecido las cuentas de parejas de novios que quieren experimentar. Ellos han tenido encuentros en casas, no en moteles y tienen intimidad entre todos. La mayoría publican las fotos y videos en sus respectivas cuentas de como fue el encuentro”, comenta.
Aunque el tema SW se conoce en Estados Unidos y Europa, desde hace muchos años, hay muchas parejas famosas del espectáculo, la televisión y reconocidas en Barranquilla que lo son. Incluso algún compañero tuyo de trabajo lo puede ser, pero por el tabú y el qué dirán, lo ocultan.
Es importante hablar con las parejas saber que quieren y hasta donde quieren llegar, según Manuel.
En tantos años le ha pasado de todo, como el día que una pareja le mandó una foto y la mujer era muy linda, salió con ellos y al momento de conocerlos la mujer era muy diferente a la de la foto que le habían enviado y se le ‘bajó caña’, simplemente se quedaron hablando y no pasó nada.
“Tengo como código respetar las parejas con las que comparto. Si recibo alguna invitación de una esposa para salir, siempre le digo que si su esposo me llama, o si él sabe, pero si el esposo no sabe no salgo con ella; si el esposo me llama y me dice que quiere que su esposa salga conmigo porque ya nos conocemos ahí si salgo con ella; pero casi todos los esposos piden lo mismo, quieren ver en vivo por video, llamada, o video grabado de lo que pase entre los dos”.
Aunque, claramente, Manuel es todo terreno, también tiene sus excepciones: “No me gustan las fiestas públicas de bares SW, es una boleta. Siempre uso preservativo, pero eso sí, muchas veces, algunas parejas fuman marihuana y yo me monto en el carro”.
En el mundo SW, los hombres solos se conocen como single, o corneador, que tiene sexo con la esposa, o hotwife, del cornudo, o cuckold que es el esposo que observa y no participa. La esposa está con otros hombres y su esposo lo sabe, en este caso, pero los papeles se pueden intercambiar. Las mujeres solas se conocen como unicornio y la mayoría de las veces son bisexuales (BI).
Para Manuel lo mejor de este mundo es que muchas parejas recuperan su sexualidad; se vuelven cómplices; aunque no niega que a otras parejas se les sale de control y se acaba la relación. Dice que es un juego serio en el que se compromete mucho, pero debe ‘jugarse’ bien para recuperar tu pareja y no para perderla.
La pregunta #sinrecato es: ¿Ustedes están preparados para vivir una experiencia así?
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