Hoy #sinrecato les contaré sobre la vida sexual de los animales, teniendo en cuenta que en el Siglo XX la idea de que otros mamíferos pudieran tener sexo, más allá de su época de celo, era inconcebible.
Esta noción fue perdiendo vigencia debido a las prácticas de algunas de las especies con un cerebro más desarrollado que el resto, como los bonobos (chimpancés) y los delfines.
Al grano. Comparto algunas curiosidades del maravilloso mundo animal:
Apetito sexual: El león, el ‘rey de la selva’, es el animal con mayor actividad sexual del mundo. Puede copular con la misma hembra 100 veces al día, solo que cada acto dura apenas unos segundos. El chimpancé también es rápido, dura solo 3 segundos, pero la hembra busca otros machos para copular. Los rinocerontes, por el contrario, su cópula dura hora y media.
Orgasmos: Los orgasmos de los cerdos duran alrededor de 30 minutos.
Tamaños: El piojo tiene un pene 50 veces más grandes que su cuerpo; el de los percebes (crustáceos) lo supera 20 veces; el pato del lago argentino mide 20 centímetros en estado erecto; las sepias (moluscos) tienen sus bolsas de esperma en la boca; y las serpientes y los marsupiales tienen el pene separado en dos columnas que termina en dos puntas.
Sexo en grupo: Las serpientes de jardín, las hembras, liberan una feromona que atrae a cientos de macho, para iniciar una gran orgía. En otro lugar, la selva, las chimpancés suelen copular con un gran número de machos que esperan, pacientemente, en la fila a que les llegue su turno.
Violaciones: En el reino animal también existe la violación; por ejemplo, en las aves como la abejaruca africana y los ánsares nivales, una vez que las hembras salen del nido, junto con otros machos las acorralan para violarlas de uno en uno.
Masturbación: Los puercos espines macho orinan sobre la hembra antes de la copula, mientras las hembras se estimulan con un palo. La masturbación está documentada en primates, felinos, canidos, roedores y en todos los animales flexibles, capaces de doblarse sobre sí mismos.
Sexo y paz: Para evitar que los violentos se reproduzcan, muchas especies adoptan soluciones drásticas. Las hembras de los carneros se van con los machos pacíficos y dejan peleando a los agresivos. Las leonas, focas monje y elefantas, buscan un macho protector para ahuyentar los ejemplares más agresivos.
Fidelidad: El periquito es uno de los animales más fieles que existe. La muerte de su pareja le provoca una grave ansiedad. Los castores también son animales monógamos hasta que su pareja muere; al igual que los cisnes, el lobo gris, la lechuza y las termitas. El caso de las gaviotas es muy especial, son monógamas estacionales. Se juntan con el macho para ser fecundadas y luego escogen una pareja hembra para criar juntas los huevos. Gaviotas empoderadas.
Homosexualidad: En el primer acuario, que hubo en Florida, Estados Unidos, dos delfines macho convivieron felizmente hasta que llegó una hembra. Al poco tiempo “planearon” agredirla y casi acaban con ella.
Agitada vida sexual: La organización social de los bonobos, primates casi idénticos a los chimpancés aporta un hallazgo de los beneficios evolutivos que les reporta su vida sexual: los machos frotan sus penes frente a frente mientras que las hembras tienen sexo genital entre ellas, probablemente es su manera pacífica de resolver conflicto y mantener la estabilidad del grupo. Son polígamos por naturaleza, no tienen pareja estable, y sus encuentros sexuales no se limitan a su época de celo, sino que se prolongan durante todo el año y ha sido posible documentar prácticas que se creían únicamente humanas como el sexo oral.
Pingüinos en la cama: Entre 1911 y 1912, el investigador George Murray Levick observó el comportamiento sexual de los pingüinos y llegó a conclusiones bastante escandalizadoras. Por más de un siglo, su reporte se mantuvo oculto. Entre sus observaciones estaba la promiscuidad de los pingüinos, tanto machos como hembras se apareaban con cualquiera otro diferente a su pareja. Algunos pingüinos machos tenían inclinaciones homosexuales.
Este informe, salió a la luz en 1998, cuando Fiona Hunter, otra investigadora, observó durante 5 años los patrones de apareo de estas aves y descubrió que intercambiaban rocas por sexo, lo que podría interpretarse como prostitución.
Desenfreno en el aire. Las efímeras son los insectos alados más antiguos que existen en la actualidad. Su vida en la fase adulta es muy corta. De ahí su nombre, proviene del griego ephemeros, que significa que vive un día. Un día que aprovechan al máximo. Las efímeras adultas no comen nunca: solo les interesa el sexo. El cielo lo invaden enormes enjambres de machos y hembras, deseosos de aparearse. El apareamiento sucede en pleno vuelo y en cuanto finaliza, caen al agua muertos. Estos insectos pasan la mayor parte de su existencia como ninfas acuáticas, un periodo que puede durar entre varios meses hasta cuatro años.
Los expertos confirman que, sin importar la especie, el placer sexual, es un poderoso catalizador que, en el caso de los humanos, genera bienestar físico, mental y emocional.
En el reino animal, el sexo es un componente que les permite aumentar sus posibilidades de supervivencia y asegurar la reproducción para preservar la especie.
Usted elige si quiere ser el precoz león, el promiscuo bonobo o el incansable rinoceronte. O a lo mejor prefiere ser un cerdo en la cama o un fiel periquito o una insaciable efímera. ¡Piénselo!
No Comments