Leyendo una investigación de Charles Darwin sobre los insectos encontré que muchos de sus rituales, cuando están en época de apareamiento, son muy similares al comportamiento humano. Así que me atreví a hacer #sinrecato una comparación entre estos dos mundos.
Competencia: Hay muchas maneras de competir para tener acceso a las hembras y copular con ellas. Una manera es peleando directamente con otros machos, por eso algunos tienen cuernos, aguijones, espolones, así como un gran tamaño corporal para tener ventajas en las batallas.
Y aquí va mi primer planteamiento, el comportamiento es similar. Los hombres (machos) compiten con otros para alcanzar la mejor mujer (hembra) y por supuesto, que no lo hacen con aguijones o espolones, lo hacen con todos los recursos que su condición humana les permite, exhibiendo sus atributos físicos, exponiendo su personalidad y encanto y mostrando su papel de “macho” proveedor.
Selección: Cuando las hembras son muy escasas, como ocurre en algunas especies de escarabajos o abejas, los machos tienen estructuras especiales como antenas largas para detectarlas y encontrarlas, también desarrollan una mayor agudeza visual o habilidad para moverse más rápido, por lo que tendrán más oportunidad de aparearse que los que se muevan menos o no tengan la capacidad de detectarlas a largas distancias.
Cuando un hombre encuentra “la mujer de su vida” hace todo lo divino y lo humano para estar con ella. No hay ningún obstáculo. No importa si vive lejos, viaja hasta en burro se moviliza con tal de verla y estar con ella.
Poder femenino: Las hembras eligen a los machos por una variedad de características. Algunas mariposas, escarabajos o abejas tienen colores muy vistosos o su cuerpo es brillante. Los biólogos han sugerido que esto es una manera de demostrar que son más saludables y les favorece para tener hijos sanos. Otra característica que las hembras evalúan en los machos es el tamaño de su cuerpo o de algunas de sus partes como antenas, ojos o estructuras muchas veces exageradas.
Las mujeres (hembras) atraen a los hombres (machos) de mil maneras: una cara bonita, un cuerpo armonioso y una mente brillante es el ideal, el equilibrio perfecto de la apariencia y la inteligencia es lo que atrae, conquista y enamora a hombres y mujeres. Las mujeres (hembras) por supuesto que evalúan el tamaño de los “machos”, en esta época ya ninguna compara el pene con el tamaño del zapato.
Química perfecta: En los insectos hay muchas maneras de atraer a una hembra. La más común es la atracción química mediante la liberación de feromonas, seguida de una variedad de exhibiciones como danzas, movimientos de antenas o patas para llamar la atención. También cortejan con estimulaciones táctiles, sonidos o cantos y hasta destellos de luz. Estos rituales pueden durar varias horas o días.
Al igual que los humanos, sin química, no hay empatía ni conquista. Pueden ser atractivos, agradables e incluso interesantes, pero si no hay emoción de por medio, no hay nada que hacer. Es esa atracción que siente por el otro que no sabes cómo explicar.
Las apariencias engañan: Algunos machos pueden cortejar a las hembras brindándoles obsequios antes o durante la cópula. Aunque estos regalos pueden ser trampas. Una muestra de ello es la mosca bailarina, cuyos machos literalmente “llevan al baile” a las hembras, y les ofrecen un capullo de seda que adentro no contiene presa alguna.
En la mosca de la fruta las sustancias transmitidas en el eyaculado (llamadas producto de las glándulas accesorias) actúan como agentes antiafrodisiacos y apagar su receptividad sexual. Contrario a los grillos machos, que durante la cópula emiten sustancias nutricionales para las hembras.
Como en la vida misma, en ocasiones los regalos costosos tienen un mensaje implícito: dar algo a cambio. Muchas personas aparentan lo que no son, tienen un comportamiento o una personalidad muy diferente a lo que realmente son y lo hacen durante la época de conquista para agradar al otro y obtener lo que quieren. Aplica para hombres y mujeres, sin excepción.
Suicidio sexual: Las jóvenes abejas reinas hacen un vuelo de apareamiento, cuando los zánganos están al final de sus vidas. Cuando las abejas están iniciando su proceso de reproducción, una semana salen de la colmena para aparearse con una docena de zánganos; los cuales clavan su endofalo en la reina. Entonces, el macho comete un “suicidio sexual”, ya que muere una vez que inseminó a la hembra.
Tal cual ocurre cuando los “machos de la tercera edad” salen con jovencitas y no aguantan el voltaje y terminan como los zánganos, pasan a mejor vida o terminan sin un centavo.
Cada vez hay más evidencia científica de lo complejo e interesante que puede ser el comportamiento sexual de los insectos. Mostrar la intimidad de estos seres también nos permite entender los procesos evolutivos en otros animales y entender por qué los insectos conforman el grupo taxonómico más abundante de nuestro planeta.
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