El orgasmo es una sensación de placer físico intenso, en el que se libera hormonas como la oxitocina, endorfinas y dopamina, también llamadas hormonas de la felicidad, por el bienestar que generan, acompañado de contracciones rítmicas e involuntarias de los músculos del piso pélvico.
Por supuesto, que esta sensación de placer, cada persona la experimenta de manera distinta. Sin embargo, ocurre en algunas ocasiones, que hombres y mujeres han tenido relaciones sexuales sin llegar a un orgasmo.
La pregunta #sinrecato es: ¿Qué pasa cuando esto ocurre frecuentemente?
“La anorgasmia se define como la ausencia o retraso del orgasmo, luego de una fase de excitación normal, durante una actividad sexual que se considera adecuada en cuanto al tipo de estímulo, intensidad y duración”, define Claudia Kösler, sexóloga y terapeuta de pareja.
Existen tres tipos de anorgasmias:
Primaria: Las personas que nunca han sentido un orgasmo.
Secundaria: Han tenido orgasmos, pero después de un tiempo no los han experimentado
Terciaria: Los experimentan solo con una pareja o cuando se masturban.
La experta explica que algunas personas no siempre tienen la suficiente información de su propio cuerpo y del placer, en especial, las mujeres. En cambio, si estas personas poseen conocimientos eróticos y no pueden tener orgasmos, ya es hablar de anorgasmia.
La falta de educación sexual, el tabú sobre la sexualidad y el poco conocimiento que hay sobre la sexualidad femenina, son factores que influyen también.
“Las mujeres no llegan más tarde, simplemente tiene un ritmo fisiológico diferente al de los hombres”, afirma Claudia.
Se ha comprobado que los tiempos para alcanzar un orgasmo cuando están a solas frente a cuando no lo están, cambian. Cuando están acompañadas el tiempo se demora bien sea por falta de confianza, distracción, poca conexión o desconocimiento de la estimulación general.
En el caso de los hombres, la tendencia es a confundir la eyaculación con el orgasmo. La sexóloga aclara: “Evidentemente son dos cosas totalmente diferentes. En los hombres, la eyaculación es la expulsión del semen como respuesta fisiológica del cuerpo. En cambio, el orgasmo es el placer máximo, pero no el final de la práctica sexual se puede sentir en más sitios que únicamente la zona pélvica”.
También hay un orgasmo sin eyaculación, conocido como eyaculación retardada. Ésta puede ser intencionada por el hombre para disfrutar de varios orgasmos sin llegar a la expulsión de semen, lo cual requiere de habilidad, destreza, entrenamiento y práctica.
En la eyaculación femenina hay la emisión de un líquido transparente, casi como agua, y en ocasiones puede contener un poco de orina. Ambas pueden ser placenteras, pero las sensaciones son totalmente diferentes al orgasmo.
Reacción compleja
El orgasmo es una reacción compleja a varios factores físicos, emocionales, psicológicos e incluso culturales. Las dificultades en cualquiera de estas áreas pueden afectar la capacidad para alcanzarlo.
Las causas de esta condición se estiman que el 5 por ciento se debe a enfermedades crónicas, problemas hormonales, alteraciones neurológicas, trastornos de metabolismo o problemas endocrinos, enfermedades crónicas, la edad y el abuso de alcohol, drogas o fármacos.
El 95 por ciento restante se debe a factores psicológicos como creencias negativas sobre la sexualidad, experiencias sexuales negativas o traumáticas, falta de comunicación con la pareja, desconocimiento erótico, trastornos depresivos o ansiedad, distracciones, y desconcentración.
A estas causas se le suman factores culturales y religiosos en el que aún la sexualidad femenina sigue siendo un tema tabú.
Si usted presenta esta condición, lo más recomendable es consultar con su médico y descartar que la causa sea física o psicológica y seguir el tratamiento adecuado.
“El orgasmo es cerebral, pero hay diferentes vías de estimulación para alcanzarlo, ya sea a través de los genitales u otras zonas del cuerpo”, concluye la sexóloga.
Tanto hombres como mujeres tienen la idea que hay un momento concreto en que termina la relación y al que es necesario llegar. La realidad es que, en las relaciones sexuales, no hay momentos cerrados, tanto el inicio como el final, solo puede determinarlo y consentirlo, en pareja.
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