En columnas pasadas, les hablé del hedonismo que es la filosofía de buscar el placer como el gran propósito de la vida. Esta corriente filosófica nació en la Antigua Grecia gracias a Aristipo de Cirene y Epicuro de Samos.
Los grandes pensadores y filósofos en la antigüedad encontraron como vivir con un propósito. Sin embargo, en la modernidad no ocurre lo mismo, entre más posesiones materiales se tengan, menos sentido se le encuentra a la vida.
Hoy les hablaré #sinrecato de la filosofía de la eudaimonía que plantea cómo se puede desarrollar el sentido y propósito en nuestras vidas.
El filósofo griego, Aristóteles, fue el primero en proponer el concepto de eudaimonía que traduce erróneamente “felicidad”, pero que específicamente significa “florecimiento humano”.
Esta filosofía ha sido malinterpretada porque la han relacionado con la búsqueda de la alegría, el placer y la eliminación del dolor. Y es comprensible porque la humanidad se ha esforzado en aumentar el bienestar y minimizar el dolor.
Por ejemplo, los microondas cocinan más rápido, las redes sociales entretienen, las escaleras eléctricas nos ayudan a caminar más rápido. Ley del mínimo esfuerzo. Sin embargo, facilitar la vida al mismo tiempo a limitado la eudaimonía, impidiendo el florecimiento verdadero.
De acuerdo con Aristóteles, la vida eudaimónica es activa, curiosa, soñadora y comprometida. Por lo tanto, el dolor es necesario para crecer, la participación en la comunidad para conectarse y vincularse, con todos aquellos que desafían los valores y creencias.
En la medida que las personas se sienten más cómodas y menos desafiadas, las necesidades se satisfacen fácilmente y eres feliz, pero momentáneamente.
Los occidentales celebran y fomentan la filosofía hedonista, la cuestión es lograr el equilibrio, no se trata de eliminar el ocio por completo o abrazar el dolor completamente.
Los antiguos griegos basaron la eudaimonia en cuatro pilares fundamentales: pertenencia, propósito, narración y trascendencia:
- La pertenencia está relacionada con la conexión con los demás cara a cara.
- El propósito se relaciona con participar en actividades valiosas y productivas en las que se usen las habilidades y destrezas para servir a los demás sin pedir o esperar algo a cambio.
- Crear narrativas o historias para explicar tanto experiencias positivas como negativas que han impactado nuestras vidas.
- La idea de la trascendencia permite compartir experiencias espirituales o místicas que nos hace sentir parte de algo más grande que nosotros mismos.
En la actualidad hay muchos pensadores modernos de la eudaimonía, en la que se destacan los psicólogos americanos, Edward Deci y Richard Ryan. Deci profesor de psicología y ciencias sociales en la Universidad de Rochester, de Nueva York, y Ryan psicólogo clínico y profesor investigador de la misma universidad, concluyen:
- Conoce tus objetivos de vida: Es suficiente tener o esforzarse por tener, un sentido de las creencias fundamentales que te guían y que dan sentido a tu existencia.
- Ejemplo: Llevar felicidad a los demás o ayudar a los que sufren.
- Enfócate en tus objetivos: De acuerdo con estos pensadores si eres una persona amable, carismática con los niños o talentosa, debes dirigir tus habilidades hacia el logro de esos objetivos en aras de practicar la virtud.
- Desarrollar tu mejor potencial: Se trata de ser lo mejor que puedes ser, impulsado por objetivos auténticos y significativos.
- Experimentar la eudaimonia, que no es más que la búsqueda de la virtud, la excelencia y lo mejor de nosotros mismos.
- Exprésate: Hacer las cosas porque obtienes un disfrute genuino de ellas y porque son consecuentes con tu visión de ti mismo, en lugar de recibir una recompensa.
Aquí les dejaré algunos comportamientos eudaimónicos para poner en práctica en pro de tú florecimiento personal y el de los demás:
- Buscar un ideal personal o la excelencia
- Desarrollar una habilidad o aprender alguna
- Ofrecerte como voluntario en obras sociales o benéficas
- Escribir metas futuras
- Expresar de manera verbal o escrita tu gratitud por las acciones de otras personas
- Escuchar atentamente a los demás
- Tener una red de apoyo familiar o de amigos
- Perseverar en alcanzar metas valiosas a pesar de las dificultades.
La creencia popular que al disminuir el dolor asociado con el trabajo y aumentar el placer asociado con el ocio nos hará más felices, resulta muy atractiva pero poco realista.
Los antiguos pensadores, lo advirtieron que los excesos provocados por el ocio y la comodidad proporcionan una felicidad a corto plazo.
Así que florece con la eudaimonía y comprométete con tu comunidad, usa tus habilidades y pasiones para hacer el bien, acepta las emociones y las relaciones que te permitan crecer y aprender.
No hagas nada para obtener una recompensa o reconocimiento, hazlo porque sencillamente nace de tu corazón y porque eres un buen ser humano, esa debe ser tú filosofía de vida y también tu religión.
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