Nunca antes se le había dado tanta importancia a la salud mental como en estos tres últimos años. En Colombia, de acuerdo con último boletín de Medicina Legal, entre enero y julio de 2023, los suicidios se han incrementado en un 15.73 % con respecto al mismo periodo de 2022. La cifra pasó de 1.564 casos el año pasado a 1.810 en este año.
El Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública (Sivigila) registra 30.021 casos de intento de suicidio en septiembre de este año estableciendo algunas conclusiones:
Los casos de intento de suicidio en mujeres suman 19.309, mientras que en los hombres se registran 10.712.
Grupos de edades | Cifras |
10- 19 años | 9.160 |
20 – 29 años | 9.467 |
30-39 años | 4.224 |
40- 49 años | 2.086 |
50- 59 años | 1.065 |
60- 69 años | 483 |
70-79 años | 209 |
80 años en adelante | 74 |
Hoy les hablaré del cutting, anglicismo que traduce cortes, y, en términos psicológicos, está relacionado con las autolesiones que generalmente los adolescentes realizan en su cuerpo de manera intencionada y repetitiva. Esta conducta está relacionada con un inadecuado manejo del control del impulso.
Las heridas o cortes que el adolescente se hace funcionan como “calmantes” que minimizan el dolor emocional que sienten, mientras que el dolor físico les proporciona bienestar y la herida se convierte en una expresión del sentimiento de manera simbólica.
Para entender esta conducta, conversamos con María José, una joven universitaria de 20 años que hoy recuerda cuando empezó a “cortarse”: “Bueno, creo que fue como a los 14 años que comencé a hacerlo y siento que lo hice porque estaba atravesando por un periodo de muy baja autoestima y era la forma que encontré para “castigarme” por no cumplir mis propias expectativas”.
Le preguntamos si en ese momento se lo contó a alguien y respondió: “En ese momento, no se lo conté a nadie. De mi entorno, se enteró fue mi mamá, pero no fue porque yo le dijera sino porque en el colegio alguien le hizo un llamado de atención de que me notaban como rara y ella me notó los cortes en las muñecas. Yo le inventé una excusa, pero ella sabía lo que eran”.
María José se encerraba en el baño y, mientras se estaba bañando, se hacía los cortes en sus muñecas. Generalmente, usaba la máquina de afeitar y otras veces lo hacía con unas tijeras.
Felizmente, logró superar este episodio de su vida porque, como ella misma lo dice, entendió que no solo estaba lastimándose a ella misma sino que también estaba lastimando a sus papás, sus hermanas, a su familia y a la larga no era su culpa.
“Entendí que no me lo merecía y que sí necesitaba trabajar en mi autoestima, pero esa no era la forma y eso no me estaba ayudando en nada. Solo me estaba empeorando porque, claro, me iba a dejar marcas y yo no me iba a sentir mejor con eso”, confesó.
Aparte de esto, le preguntamos qué le diría su yo de 20 años a la adolescente que se cortaba, y esto nos respondió: “Le diría que las cosas van a mejorar, que va a recibir más ayuda, que no se encierre tanto en sí misma, que siempre puede contar con su mamá y con su familia y que hacerse daño tanto físico como emocionalmente, nunca va a ser la solución”.
María José ahora entiende que debe amarse primero ella y tratar de ser más abierta. Aún sigue trabajando en este aspecto: compartir sus sentimientos y valorarlos con su familia y amigos.
Le preguntamos si nos podría dar algunas señales que le den luces a padres y cuidadores respecto a esta conducta y amablemente nos explicó: “Cuando un adolescente usa siempre camisas manga larga, podría ser una señal. Por ejemplo, en un clima caliente, no es lo más usual andar vestido así. Otra señal puede ser que pasen mucho tiempo solos o encerrados en su cuarto o en el baño y no hablan, ni comparten con sus papás”.
Otro aspecto que destaca nuestra invitada es el control parental de los celulares o las tabletas de sus hijos. Es importante conocer qué clase de contenido consumen los más pequeños por cosas como lo que en inicios de los 2010 inició como una moda a través de internet: cortarse para formar palabras en las muñecas o en las piernas porque se veía “bonito”.
Maria José buscó ayuda de su familia y, por supuesto, de profesionales porque no puedes salir sola (o) de una situación tan delicada: “Pues, básicamente, abrí los ojos y me di cuenta de que cortarme era una solución momentánea que después podría llevar al suicidio y yo no quería llegar a eso”.
Uno de cada 10 adolescentes se autolesiona y, aparentemente, no tiene intenciones de quitarse la vida pero tiene siete veces más de probabilidades de decidir suicidarse. Por fortuna, María José no hizo parte de estas tristes cifras.
“Tratar de luchar con esos sentimientos, ir a terapia, aceptar primero que uno está mal porque eso es muy importante y recibir la ayuda con la mejor disposición y una mentalidad de ‘yo voy a mejorar y yo puedo mejorar’”, finaliza.
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