“A las mujeres no se les ha preguntado nunca qué piensan y sienten acerca del sexo”. Con esta frase empieza el controvertido libro ‘El Informe Hite’ que, aún después de 40 años de su publicación sigue siendo un referente sobre la sexualidad femenina e incluso la masculina, pues también hubo uno exclusivo para ellos.
En 1976, cuando se empezaba a revolucionar el mundo con el uso de la pastilla anticonceptiva, la revolución sexual y el movimiento feminista, cambió la manera de relacionarse de las mujeres en Estados Unidos. El libro, básicamente, les pregunta a las mujeres qué sienten, qué les gusta y qué opinan del sexo, y luego revela las respuestas de lo que, por años, ellas se callaron.
Shere Hite, su autora fue una historiadora, sexóloga y feminista norteamericana con una historia inspiradora y liberadora. Fue criada por una abuela abusiva hasta que unos tíos se hicieron cargo de ella. Su nombre verdadero es Shirley Gregory y se estableció en Nueva York para luego estudiar Historia en la Universidad de Columbia.
En una ocasión fue llamada para posar para un anuncio de máquinas de escribir y esta experiencia fue el inicio de su trayectoria como activista del feminismo: “Yo allí sola rodeada de hombres. Uno se acercaba a retirarme el pelo para parecer más sexy, el otro me bajaba la blusa hasta dejarme con el pecho al aire, un tercero me cogía un muslo y lo ponía sobre la mesa”. En ese momento sintió que había llegado al máximo de lo que podía soportar.
Así que una vez que hizo parte de los círculos feministas en el Nueva York de los años 70. Escuchando las quejas y las molestias de las mujeres sobre su sexualidad, se propuso la elaboración un estudio sobre el orgasmo femenino, pues en ese momento siempre habían sido hombres los que hablaban del tema en un contexto de dominación y control masculino.
Shere Hite posó desnuda para varias revistas, entre ellas Playboy, y trabajó como modelo para pagar sus estudios.
Durante cuatro años repartió cuestionarios a mujeres de distantes partes de Estados Unidos; lo hizo directamente a través de organizaciones feministas o poniendo anuncios en revistas para así llegar a más mujeres interesadas en participar en dicho estudio. Las preguntas eran acerca del orgasmo, la masturbación y las relaciones afectivas.
El cuestionario fue respondido de manera anónima por 3.000 mujeres, entre los 14 y los 78 años, con diferentes ocupaciones y condiciones, casadas, solteras, viudas, ejecutivas, lesbianas y hasta célibes.
El libro fue un éxito rotundo. Ha vendido más de 50 millones de copias en el mundo. Además de ser traducido y editado en varios idiomas y prohibido en 9 países.
Quizás la conclusión más polémica y publicitada del ‘Informe Hite’, es que el 70 por ciento de las mujeres encuestadas reconocieron que no tenían orgasmos durante el coito. Pero una gran parte de ellas, también afirmaba que no tenía ninguna dificultad en experimentar orgasmos cuando se masturbaba.
La idea rompió paradigmas en torno a la sexualidad porque aún en los 70, las ideas de Freud sobre el orgasmo femenino, prevalecía la que el orgasmo clitoriano era de menor nivel que el vaginal.
El estudio Hite desmitificó la idea que a las mujeres les resultaba difícil conseguir orgasmos, por lo tanto, no necesitaban de la penetración vaginal para lograrlo y que la mayoría eran, perfectamente, capaces de lograrlos por sí mismas.
Pocos estudios científicos han alcanzado la popularidad y el renombre de la obra de Hite. La razón es que no sólo incluye estadísticas, cuadros de valores y resultados cuantificables, sino que tiene miles de testimonios de mujeres que hablan de sus experiencias sexuales con sinceridad y de manera detallada.
Hite, de manera directa siempre, le decía sus lectoras que no eran frígidas, que tenían derecho al orgasmo y las animaba a que no esperaran por el príncipe azul que les provocara orgasmos fantásticos.
En la medida que el libro se vendía, también las críticas aumentaban. Lo llamaron ‘El informe del odio’ (The Hate Report) y acusaban a su autora de odiar a los hombres. Sectores científicos como psicólogos y sexólogos, afirmaban que el libro manejaba estadísticas de forma ruda y poco científica.
La sexóloga norteamericana, Virginia Johnson defendió el trabajo de Hite porque estaba lleno de consideraciones culturales y opiniones, pero no tenía respuestas físicas medibles, que era donde ella sí había investigado.
Hubo otras respuestas que no vinieron de críticos concretos, sino de cambios culturales que afectaban la mentalidad de la época. Hite consideraba que la aparición en medios generalistas y estudios especializados del ‘Punto G’, en el interior de la vagina, en los años posteriores a su informe, fue la respuesta del patriarcado a la revalorización del clítoris que produjo su estudio.
Hite vio en el énfasis del ‘Punto G’, la forma de añadir valor a la penetración vaginal en las relaciones sexuales que se mantienen no para fines reproductivos sino de placer. Sumando de paso nuevas frustraciones y ansiedades a la mujer que no lo encuentra o no eran capaces de estimularlo adecuadamente.
Luego de publicar más libros, como el ‘Informe sobre la sexualidad masculina’, continuaron las críticas, pero esta vez venían acompañada de amenazas físicas constantes. Decide mudarse a Europa en 1995 y se establece en Londres, donde falleció el pasado 9 de septiembre, a los 77 años, al lado de su segundo esposo.
El Informe Hite, más que un estudio sobre la sexualidad femenina, es un compendio de narraciones llenas de sinceridad y en ocasiones de humor, en la que las mujeres hablan de sus sentimientos, sobre las relaciones con hombres o con otras mujeres, de la independencia económica, de lo que las excita y lo que les desagrada.
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