En una entrevista al sacerdote católico Alberto Linero por Blu Radio, el pasado 5 de septiembre, expresó con tristeza que pasó su carta para colgar la sotana.
“Me mamé de cosas mías, de soledades, de cosas que no entiendo, me cansé y punto. La gran tragedia mía ha sido la soledad en los últimos tiempos”, manifestó.
La noticia se viralizó en redes sociales y medios de comunicación, por el cariño y popularidad que goza. Sin embargo, también recibió comentarios ofensivos por ello.
Pero hay que entender que es un hombre imperfecto, con un carisma especial que, a lo largo de su vida, sirvió a la Iglesia Católica con un sello único e irrepetible.
“Yo he vivido los últimos 33 años de mi vida vinculado a la comunidad eclesial, he sido feliz, he sido un tipo que tiene mucho que agradecer a la Iglesia”, comentó.
¿Pero sería el celibato, el detonante? Esta práctica milenaria, aún vigente, se ha extendido a muchas religiones en el mundo. Cristianos, hindúes, budistas lo practican y entre las pautas de este llamado ’sacramento’, es la de no tener ningún tipo de relación sexual o vida en pareja.
Suele vincularse a la vida religiosa pero una persona no religiosa también puede llevar una vida célibe.
Cuando le preguntaron a Linero sobre el celibato, y si influyó en su decisión, expresó que: “el tema no es sexual, no es genital, el tema es existencial”.
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