Poco se escucha a los expertos en educación de la primera infancia referirse a lo vital que es para el futuro de las generaciones el manejo responsable de las finanzas desde temprana edad; lo que sí es común son las manifestaciones de padres, en especial, y de adultos quejarse por la “gastadera de plata” en la crianza de los pequeños.
Abordo el tema por la cantidad de comentarios recogidos en las improvisadas tertulias en librerías y papelerías, a propósito de la nueva entrada a clases.
“Sí los pelaos de ahora supieran lo que uno gasta (ojo no dicen: ‘invierte’, que debe ser lo correcto) en la compra de libros y útiles escolares, uno espera al menos que sean estudiantes aplicados que compensen con buenas notas el esfuerzo que uno hace por ellos (otro desacertado comentario como si no fuera una obligación que se adquiere)”, escuché a un quejoso padre.
El antídoto a ese tipo de percepción lo constituye, como me dijo un analista financiero, que los padres, incluso los profesores, enseñen a los hijos el papel que juega el dinero en el desarrollo de las sociedades de las que hacen parte.
Un importante aporte lo hallé en el portal web Escuela Financiera, bajo el título ‘Educación Financiera para Niños: Enseñándoles el valor del Dinero’, en el que se deja claro que el manejo correcto de las finanzas es “una herramienta vital para preparar a los niños para el éxito en la vida, enseñándoles a tomar decisiones informadas sobre el dinero”.
Asegura el documento que empezar temprano, en la enseñanza a los menores, puede marcar una gran diferencia en su capacidad para gestionar el dinero sabiamente en la adultez. “La educación financiera prepara a los niños para enfrentar el futuro con confianza, equipándolos con el conocimiento necesario para tomar decisiones financieras acertadas. Aprender a manejar el dinero desde una edad temprana fomenta la responsabilidad, la planificación a largo plazo y la conciencia sobre el valor del trabajo y el esfuerzo”.
La ruta para introducir a los niños en el mundo financiero, según la Escuela Financiera, contempla varias premisas y estrategias:
1. Introducción al dinero. Comience con conceptos básicos, como identificar monedas y billetes, y explicar para qué se usa el dinero. Las actividades prácticas, como jugar a la tienda, pueden ser una forma divertida de introducir estos conceptos.
2. El ahorro. Enseñar a los niños a ahorrar es fundamental. Una alcancía puede ser una herramienta excelente para empezar. Establecer metas de ahorro para algo que deseen comprar puede motivarlos a guardar dinero y enseñarles sobre la gratificación diferida.
3. Ganar dinero. Involucre a los niños en tareas simples por las que puedan ganar pequeñas cantidades de dinero. Esto les enseña que el dinero se gana con esfuerzo y tiempo.
4. Presupuestar. Introduzca el concepto de presupuestar dividiendo el dinero entre ‘ahorrar’, ‘gastar’ y ‘compartir’. Use envases o sobres etiquetados para cada categoría y discuta con ellos cómo quieren asignar su dinero.
5. Juegos educativos. Los juegos que simulan situaciones económicas pueden ser herramientas poderosas. Juegos de mesa como ‘Monopoly’ o aplicaciones educativas diseñadas para enseñar conceptos financieros de manera divertida y accesible.
6. Libros y recursos. Hay una variedad de libros y recursos online diseñados para enseñar a los niños sobre el dinero. Estos pueden ofrecer lecciones valiosas a través de historias con las que puedan identificarse.
7. Experiencias de aprendizaje en la vida real. Lleve a sus hijos de compras y hágales partícipes del proceso de presupuestación. Dejar que participen en decisiones financieras familiares sencillas puede ser una experiencia de aprendizaje valiosa.
8. Fomento a través de la tecnología. En la era digital, la tecnología ofrece recursos invaluables para enseñar educación financiera. Las aplicaciones y juegos en línea diseñados para niños pueden introducir conceptos financieros complejos de manera lúdica y accesible.
9. La práctica hace al maestro. La repetición y la práctica son clave en la enseñanza de habilidades financieras. Anime a sus hijos a tomar decisiones de gasto pequeñas, pero regulares con su propio dinero. Esto podría incluir decidir cómo gastar su mesada o elegir qué ahorros usar para compras personales. La experiencia directa con las consecuencias de sus decisiones financieras les enseña a planificar y pensar críticamente sobre el uso del dinero.
10 Enseñanzas avanzadas: inversión y filantropía. A medida que los niños crecen y se vuelven más cómodos con conceptos básicos de dinero, introduzca ideas más avanzadas como la inversión y la donación. Explique cómo el dinero puede crecer a través de inversiones o cómo su dinero puede ayudar a otros. Proyectos caritativos o inversiones simples en acciones pueden ser excelentes lecciones prácticas sobre el impacto y el potencial del dinero.
11. El rol de las instituciones educativas. Mientras los padres y tutores son los primeros educadores financieros, las escuelas pueden desempeñar un papel crucial complementando esta educación. La incorporación de currículos que incluyan educación financiera básica puede reforzar los conceptos aprendidos en casa y proporcionar una comprensión más profunda de las finanzas personales y la economía en general.
12. Ejemplos de éxito y casos de estudio. Incorporar ejemplos de éxito y casos de estudio reales puede hacer que las lecciones financieras sean más relatables y motivadoras. Historias de jóvenes emprendedores, inversores o filántropos pueden inspirar a los niños a aplicar sus conocimientos financieros en proyectos personales o iniciativas de ayuda.
13. Creando un entorno de apoyo. La educación financiera es más efectiva en un entorno que fomenta la curiosidad y la discusión abierta sobre el dinero. Anime a los niños a hacer preguntas y expresar sus opiniones sobre decisiones financieras. Esto no solo mejora su comprensión, sino que también refuerza la importancia de la comunicación y la transparencia en asuntos financieros.
Conclusión: “Educación financiera para niños no se trata solo de enseñarles a ahorrar o gastar sabiamente; se trata de equiparlos con habilidades críticas para navegar por la vida. Al inculcar una sólida comprensión del valor del dinero, la importancia del ahorro, y los fundamentos de la inversión y la filantropía desde una edad temprana, estamos sentando las bases para su éxito financiero futuro. A través de métodos prácticos, el uso de tecnología y la promoción de un entorno de aprendizaje interactivo, podemos asegurar que la próxima generación esté preparada para enfrentar cualquier desafío financiero que el futuro les depare”.
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