No saber leer trae problemas, lo mismo pasa cuando no se aprende a manejar las emociones, manifiesta el psicólogo y sexólogo José Manuel González (*), a quien le cedemos el espacio mensual en sinrecato.com para que comparta con nuestros ciberlectores sus reflexiones:
“La vida en pareja se ve afectada drásticamente por estas dos emociones básicas cuando las personas son analfabetas emocionales. Una persona es analfabeta emocional cuando no ha vivido en su infancia la posibilidad de aprender a manejar adecuadamente sus emociones. Esto puede ocurrir por el descuido de las personas que estaban encargadas de su educación o por el mal ejemplo de esas mismas personas.
En la infancia se aprende rápidamente, si un niño ve que su madre se ofusca cuando él hace una pataleta y corre a complacer, aprenderá a hacer pataletas cuando desea conseguir algo. Casi sin darse cuenta, los adultos enseñan todo el tiempo a los pequeños a controlar o a desbordarse en sus respuestas emocionales.
La ira es una reacción emocional que ocurre cuando la persona piensa que se va a producir o existe una situación negativa (porque otra persona actúo sin tenerla en cuenta). En ese momento la ira es una respuesta a la creencia de que las consecuencias negativas se hubieran evitado si la otra persona hubiera actuado de otra manera. Esta emoción es útil para que la persona pueda defender sus derechos y lograr sus metas, pero puede, cuando no se sabe manejar, traer muchos problemas a la persona con su cónyuge, incluso matar el amor en una pareja.
Desde pequeñas, todas las personas sienten ira, de hecho, casi todos los niños pequeños arman pataletas. Pero la forma como son educadas las personas, les puede llevar a desarrollar la capacidad de controlar su ira. Igual que las personas analfabetas, que nunca tuvieron la oportunidad de aprender a leer, hay personas analfabetas emocionales que nunca tuvieron la oportunidad de aprender a manejar sus emociones. No saber leer trae muchos problemas, lo mismo ocurre con no aprender a manejar las emociones.
El miedo es una reacción emocional que se caracteriza por la sensación desagradable que produce cuando la persona se da cuenta de la posibilidad de que ocurra algo peligroso. El miedo está relacionado con la ansiedad y casi siempre se presentan al mismo tiempo. Es una emoción que se produce por la tendencia natural de evitar los peligros, y esa es su utilidad fundamental. Es muy útil tenerle miedo, y evitar por eso, a una serpiente venenosa. Es importante tener claro que hay miedos justificados y miedos absurdos, como tenerles miedo a las mariposas, que evidentemente no causan ningún daño.
La educación emocional en la infancia debería incluir la forma adecuada de manejar los miedos. Algunas personas tienen la suerte de contar en su infancia con adultos responsables que se preocuparon por enseñarles a manejar sus miedos y otras personas, analfabetas emocionales, no recibieron esas enseñanzas.
Tanto la ira como el miedo afectan el amor, la comunicación, la sexualidad y la vida conyugal en general. Un cónyuge que no controla su ira, que explota con frecuencia su rabia, sin darse cuenta irá matando el amor de su pareja. La sexualidad, sobre todo en las mujeres, también se deteriora rápidamente ante la ira de su cónyuge. Yo podría afirmar que más del 90% de las mujeres que me consultan por bajo deseo sexual tienen esposos que no saben controlar su ira.
La buena noticia es que, a cualquier edad, las personas pueden superar su analfabetismo emocional y aprender a manejar su ira y sus miedos”.
(*) Tomado de la Revista Miércoles de El Heraldo.
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