Nací en una época en que no existían teléfonos celulares, ni internet. Estoy vieja, pero ya los dinosaurios estaban muertos hace muchas eras. Lo que quiero decir, es que siempre me he comunicado de manera presencial y no virtual como nos toca hacerlo en la nueva realidad.
Soy consciente que una conversación por WhatsApp o por cualquier otra red social puede ser perfectamente manipulable. Por este medio nacen en cuestión de segundos muchas amistades, romances y así mismo, terminan o simplemente alguno de los protagonistas desaparecen.
La cuestión es que algunos conceptos sobre el comportamiento humano siempre han existido, solo que ahora tienen un nombre en inglés, que los hace lucir más sofisticados. Me refiero al ghosting, orbiting o gaslighting, así creo que todos quedamos ‘gringos’.
Si les doy la explicación, creería que todos hemos vivido este tipo de situaciones. Aclaro, no solo pasa en las relaciones amorosos o sexuales, también ocurre en el plano laboral, amistoso e incluso familiar.
Y aunque no lo parezca, este tipo de acciones son formas de violencia, sutiles, pero son agresiones que no te golpean físicamente, pero si golpean tu autoestima, tus sentimientos y por supuesto tu corazón. Se conocen como el ‘Iceberg de la violencia’, yo diría más bien que son como el comején, sin hacer ruido te están haciendo daño por dentro.
Ghosting: Viene del inglés ghost (fantasma). Es cuando una persona, hombre o mujer, familiar, amigo o novio, de manera radical corta el contacto con la otra persona, sin dar explicaciones. Sin embargo, mira tus historias en redes sociales, estados, etc., toda tu actividad en redes sociales la conoce.
Dicho de otra manera, la persona después de establecer una relación de confianza e intimidad con la otra persona, de un momento la ignora, como si no hubiera existido nada entre los dos.
Curving: Los psicólogos la definen como un ghosting, pero en versión lenta. Poco a poco se va alejando hasta que desaparece. El gancho de la relación es propiciar ese encuentro físico que nunca se da. Siempre hay una excusa, un problema de última hora, etc. Lo hace de una manera tan sutil que aún la persona tiene la esperanza que la relación amorosa si existe.
Orbiting: Es un distanciamiento en el mundo real, pero está presente en tu mundo virtual. Como su nombre lo indica, está orbitando alrededor de la otra persona. Se alejó, pero está pendiente de cada detalle o suceso de su vida.
Gaslighting: Esta es aún más perversa porque la persona manipula de tal manera que hace que la otra persona dude de su propia percepción o juicio. Frases como: “Estás loca”, “Eso nunca pasó”, “Eres muy sensible”, son detonantes para la víctima.
Violencia psicológica de control: Algunas parejas, o exparejas, por tener acceso a las redes sociales de la otra persona están al tanto de cada movimiento, vigilancia 24/7.
La psicóloga Gabriela Paoli, explica que es tan fuerte el impacto emocional de las “víctimas” que terminan en cuadros de ansiedad o de depresión: “Estas técnicas son una forma de maltrato. El depredador social está jugando con la víctima de una manera cruel, lo cual se considera maltrato psicológico”.
Expertos han definido los dos perfiles: Por un lado, está el depredador social, quien tiene miedo al abandono y es inmaduro emocionalmente, son dos rasgos característicos. Son personas que en su mayoría no tienen una vida amorosa estable en “el mundo real”, pero en la virtualidad es un conquistador.
Paoli asegura: “Puede que haya personas que sean depredadores sociales de forma inconsciente, pero aun así todos acaban compartiendo una obsesión por la conquista que les permite estimular su propio ego y tener una sensación de éxito”.
La víctima, por lo general, es alguien que se siente muy solo o ha tenido varios fracasos amorosos. Así que se muestra vulnerable y es presa fácil para estos depredadores, que también se sienten cómodos porque no ven a la otra persona y la víctima termina compartiendo su intimidad.
Ojo a estas conductas que son también agresión, no se engañen:
- Acosar y controlar tu pareja con el celular.
- Interferir en la relación de tu pareja con otras personas a través de las redes sociales
- Revisar el celular de tu pareja.
- Censurar las redes sociales de tu pareja.
- Exigir siempre que te envié la ubicación.
- Alterarse porque no tienes una respuesta inmediata cuando estás en línea.
La salud mental es muy frágil y no le prestamos la atención debida. Si en algún momento has pasado por alguna circunstancia igual o similar. No dudes en buscar ayuda de un familiar o alguien de tu entera confianza. Y si es posible acude a un profesional.
Todos hemos superado duelos, rupturas amorosas, pérdidas materiales, y hay formas de superarlo, pero no siempre puedes hacerlo solo. Aprende a tomar distancia de las personas o situaciones que te hagan daño, así que no dudes en bloquear a esa persona o personas de tus redes sociales o estados, pero sobre todo bloquéalos de tu vida.
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