Desde el 2012, la Asamblea General de la ONU designó el 6 de febrero como el Día Internacional de Tolerancia Cero para la Mutilación Genital Femenina, un nombre tan largo como la lucha por concientizar y dirigir esfuerzos para la eliminación de esta cruel práctica en el mundo.
La mutilación genital femenina (MGF) consiste en la eliminación parcial o total de los genitales femeninos externos (clítoris, labios mayores y menores u orificio vaginal) por medio de pinchazos, perforaciones, incisiones, raspados y cauterización.
Las complicaciones médicas son a corto y largo plazo entre los síntomas están dolor crónico, infecciones, sangrados, ansiedad, depresión, infertilidad, y en el peor de los casos, la muerte.
La pregunta #sinrecato es: ¿Por qué lo hacen? En algunas comunidades creen que potencia la belleza, el honor, el estatus social, las posibilidades de matrimonio y la castidad de las mujeres.
Esta violenta práctica se concentra en cerca de 30 países de África y de Oriente Medio; en naciones de Asia Meridional como Indonesia, India, Iraq y Paquistán; en pequeñas comunidades de Latinoamérica; y persiste en poblaciones emigrantes que viven en Europa Occidental, en Norteamérica, Australia y Nueva Zelanda.
La Unicef estima que durante la Pandemia del Covid- 19, en 2020, debido a las interrupciones en los programas de prevención, los casos de mutilación genital femenina para el próximo decenio alcanzarían los dos millones.
Para promover su erradicación los esfuerzos están enfocados en la conciencia sobre los derechos humanos, la igualdad de género, la educación sexual y la atención a las víctimas de la ablación.
Es por eso que, en este 2021, el programa conjunto del Fondo de Población y Unicef sobre la eliminación de la mutilación genital femenina y el Comité Interafricano sobre Prácticas Tradicionales (IAC) lanzan juntos el tema: ‘No hay tiempo para la inacción global: Unión, financiación y acción para eliminar la mutilación genital femenina’.
Las Naciones Unidas hacen un llamado a la comunidad mundial que permita a las niñas y a las mujeres tener voz, elección y control de sus vidas, reconociendo que es una violación grave a sus derechos, su salud y su integridad.
Tiene muchos términos como la escisión, la infibulación o la circuncisión femenina se ha practicado por más de mil años. La ONU tiene la esperanza que se puede acabar en una sola generación, la meta es erradicarla para el año 2030.
El optimismo se debe a que tienen la tarea adelantada, desde el 2008, puesto que han desarrollado el mayor programa mundial para acelerar la eliminación de la MGF dirigido por el Fondo de Población de las Naciones Unidas y Unicef.
El programa, en la actualidad, se centra en 17 países africanos, y hay avances importantes, entre los cuales está el de conseguir que 2,8 millones de personas realizaran declaraciones públicas para abandonar esta práctica.
El compromiso de la comunidad frente a esta problemática ha establecido la vigilancia para rastrear a las niñas en riesgo, esfuerzos que se han duplicado consiguiendo proteger a 213.774 niñas.
En estos años de trabajo con la población civil la Unicef ha logrado significativos avances como:
- Apoyar los servicios de salud para evitar la mutilación genital y tratar las complicaciones que causa.
- Promocionar programas educativos, al tiempo que coopera con líderes religiosos para desvincularla desde esa concepción.
- Difundir a través de los medios de comunicación y las redes sociales, las consecuencias de la práctica de la mutilación genital femenina.
Colombia es el único país de Latinoamérica, que hace parte del listado mundial en el que se practica la MGF. De acuerdo con la Conferencia Nacional de Organizaciones Afrocolombianos, CNOA, es en la comunidad indígena Emberá, en el Pacífico colombiano.
Precisamente, CNOA se une a las voces que piden acabar con el horror en millones de niñas y mujeres en el mundo que padecen la mutilación genital.
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