El aire que respiramos será el tema central de la Segunda Conferencia Mundial de la OMS sobre ‘Contaminación del Aire y Salud’ y el escenario, entre el 25 y 27 de marzo próximo, es Cartagena a orillas del mar Caribe en Colombia.
Desde esa ciudad patrimonio universal y orgullo de los colombianos, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la comunidad sanitaria insistirá en el llamado urgente, dirigido a todos los gobiernos, líderes empresariales y conglomerados, de implementar acciones para frenar la contaminación y promover prácticas por un aire limpio.
“La contaminación del aire es responsable de, al menos, 7 millones de muertes cada año, lo que contribuye a una creciente crisis sanitaria mundial, y la gran mayoría de las muertes son causadas por enfermedades no transmisibles, como problemas cardiovasculares, enfermedades respiratorias y cáncer de pulmón”, sostienen expertos de la OMS.
María Neira, directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la Organización, advierte que “la contaminación del aire es un asesino silencioso. A escala mundial, las tendencias de la contaminación atmosférica se han mantenido prácticamente sin cambios en los últimos 10 años, lo que afecta a nuestra salud en cada respiro que tomamos”.
De allí que insista en que “los líderes deben asumir compromisos audaces, mientras que la comunidad de la salud debe seguir abogando para proteger nuestro futuro. Únase al llamado a la acción: su firma ayudará a impulsar el cambio necesario para proteger la salud pública de la creciente amenaza de la contaminación del aire”.
La experta, sin embargo, aseguró que la buena noticia es que las muertes por contaminación del aire se pueden prevenir.
La OMS explica que el costo sanitario mundial, asociado a la exposición a la contaminación atmosférica, se estimaba en 8,1 billones de dólares, en 2019. “El mundo está pagando por las consecuencias sanitarias de la contaminación del aire, pero menos del 1% de la ayuda mundial al desarrollo se dedica a la mejora de la calidad del aire en los países de ingresos bajos y medios, donde viven las poblaciones más vulnerables”.
Por su parte, Astrid Puentes Riaño, relatora especial de la ONU sobre el derecho humano a un medio ambiente sano, considera que “respirar aire limpio es innegablemente esencial para que todas las personas vivan, y esencial para el derecho a un medio ambiente sano; por lo tanto, los gobiernos y las empresas deben tomar medidas urgentes pendientes para implementar medidas efectivas que lo garanticen”.
En ese orden de ideas, el llamado a la acción exige acciones claves:
Aplicar medidas sólidas: Los gobiernos deben aplicar normas estrictas de calidad del aire, reducir las emisiones en la fuente y alinearse con las directrices mundiales de la OMS sobre la calidad del aire.
Comprometerse con una transición justa hacia la energía limpia: Los gobiernos y las empresas deben abandonar los combustibles fósiles de manera justa y equitativa, garantizando que la transición a la energía limpia sea inclusiva y accesible para todos.
Fortalecer la capacidad: Mejorar los sistemas de monitoreo y la capacidad institucional para abordar de manera efectiva los desafíos de la calidad del aire.
Aumentar la financiación: Impulsar la financiación nacional e internacional para elevar el aire limpio como una prioridad en las agendas mundiales y nacionales.
Fomentar la colaboración intersectorial: Crear y apoyar iniciativas interdisciplinarias y multisectoriales de desarrollo de la fuerza laboral, sensibilización y capacitación que empoderen a las comunidades y a las partes interesadas para abordar la contaminación del aire de manera efectiva.
“La comunidad sanitaria seguirá abogando por estas medidas urgentes, haciendo hincapié en que el aire limpio no es un lujo, sino una necesidad para la salud y el bienestar públicos. El momento de actuar es ahora, y no podemos permitirnos esperar más”, destacan los expertos de OMS en su mensaje de crear conciencia para que las futuras generaciones vivan en espacios ambientales sin contaminación.
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