¿Sabe usted qué es la corresponsabilidad doméstica? La verdad no tenía idea que se llamaba así; pero para ser sincera, hace mucho que la practico; y créanme, de no ser así, no estaría escribiendo esta columna con total tranquilidad, sin pensar que tengo que lavar platos o hacer la cena.
La corresponsabilidad doméstica no es más que el reparto equilibrado de las tareas del hogar y de las responsabilidades familiares, como el orden, el cuidado, la educación y el afecto de todos los miembros de la familia, tanto padres como hijos.
De esta manera, los hijos se convierten en personas solidarias, altruistas, colaboradoras y funcionales. Estas tareas y responsabilidades por supuesto deben distribuirse de manera justa y equitativa entre todos los miembros del grupo familiar.
La idea es organizarse y no ocupar el fin de semana en tareas domésticas, con el ejemplo y buena actitud desde los más pequeños hasta los mayores entenderán que todos pueden colaborar en el orden y la limpieza del hogar.
Desde niña he observado que algunos roles familiares se han asociado, exclusivamente, para las mujeres y otros para los hombres. Las mujeres se dedican a limpiar, cocinar, educar y cuidar; mientras que los hombres son proveedores y trabajan fuera de la casa, traen el dinero y protegen a la familia.
Fue la realidad de las abuelas, y hasta de muchas las mamás contemporáneas, pero en la ultramodernidad de hoy otro es el panorama. Las familias tienen vidas agitadas, horarios complicados, trabajos diversos y se han adaptado en la medida a todos estos cambios; un claro ejemplo es el teletrabajo.
Sin embargo, no todo es color de rosa. El trabajar desde casa es complicado. El famoso teletrabajo ha tenido un impacto diferencial tanto en hombres, como en mujeres, pero más impactante en ellas porque se les multiplicaron las tareas y muchas no logran aún equilibrar su vida laboral y su vida familiar.
La carga de estrés aumenta pues sienten que están en actividades simultáneas de manera constante, porque les toca juntar su trabajo, las tareas domésticas del hogar más la atención de los hijos. Muchas terminan su trabajo, mientras todos duermen.
Aunque en ocasiones, las parejas terminan acostumbrarse a todas esas rutinas cotidianas, al final las mismas terminan afectando muchos ámbitos de la convivencia, en especial la vida sexual.
“Cuando una de las partes tiene que cargar con todas las responsabilidades, eso se termina pagando en otro campo y no es raro que sea en el sexual”, afirma la psicóloga y sexóloga clínica Andrea Orlandini Cappannari.
La pregunta del millón de euros: ¿Usted tendría sexo placentero si se siente cansado, con sueño o estresado? Encontré esta oportuna respuesta de Orlandini, quien afirma que la inequidad es antierótica. Desde su cuenta de Instagram dice: “Toda relación humana debería de basarse en la equidad y en el respeto, colaborar mutuamente hace que nuestro deseo se active y podamos desarrollar una mejor comunicación sexual”.
La corresponsabilidad doméstica y la crianza de los hijos, favorece, habilita, incrementa y determina una visión mucho más erótica de la vida basada en la empatía y solidaridad sexual, considera Andrea.
“Esa persona está cansada por el esfuerzo físico y decepcionada con su compañero debido a la falta de ayuda. La buena salud sexual siempre está acompañada de otros factores de la convivencia”, advierte la sexóloga.
Orlandini concluye: “Si me respetas, compartimos y distribuimos de manera equitativa, tenemos mucho más chance de divertirnos y tener una vida sexual más placentera, armoniosa y de profunda conexión”.
La vida es muy corta y hay tiempo para todo, solo es cuestión de organizarse y, por supuesto, pedir ayuda sobre todo si hay una persona a tu lado. Por ello, que tu pareja y tu familia sean un funcional equipo, porque en compañía todo anda mejor.
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