Durante el orgasmo algunas mujeres y hombres emiten sonidos: unos son más expresivos que otros, no hay un canon establecido de decibeles, La pregunta es ¿Cómo saber cuándo son verdaderos o fingidos? Lo cierto es que la pornografía ha tenido mucho que ver con ese erotismo casi irreal, en la que fémina grita, maúlla y el tipo se emociona de placer. Hay amantes silenciosos o en mute, la pasan rico, pero no dicen nada. Los mal hablados que tienen un repertorio Triple X, de palabras de alto calibre. Los gritones que toda la cuadra se entera que algo está pasando.
Esto me recuerda a una vecina que tuvimos cuando estaba recién casada. Era viernes de carnaval y regresaba con mi esposo, de una noche de tambó. Era de madrugada y cuando estábamos abriendo la puerta, escuchábamos unos gritos desgarradores, la verdad que al comienzo nos asustamos, parecía que estaban matando a una mujer. Pero más pudo la curiosidad y pegamos la oreja a la puerta y entendimos que los gritos eran los gemidos de la vecina. Desde ese día, cuando llegaba el misterioso señor a visitarla, ella ponía su grabadora a todo timbal para disimular sus acalorados maullidos.
Un estudio de la Universidad Central de Lancashire y la Universidad de Leeds en Inglaterra, estableció que “los sonidos emitidos por las mujeres durante la actividad sexual con su pareja no lo hacen precisamente por una sensación de placer, sino por una especie de poderío y control sobre la situación”.
Así que mis queridos felinos, el cuerpo habla por sí solo. Los gemidos o gritos ocurren por lo general durante el orgasmo y están acompañados por: movimientos involuntarios, enrojecimiento de la piel, tensión de las extremidades, entre otras. Si el gemido no está acompañado de alguna de las anteriores temo decirle que esa gata si fingió.
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