Siempre he creído que de las experiencias se aprenden grandes lecciones, y cuando alguien las comparte es para que impacten, positivamente, en los demás.
Hoy les compartiré la historia Linda Boreman, una joven neoyorquina, que nació en el Bronx en el seno de una familia católica. Hija de un policía y de una mesera. Su madre la educó de manera estrictica, pero abusiva, según Linda.
Este ambiente lleno de restricciones la hizo rebelarse y a sus 20 años, se casó con el que ella creía su príncipe azul y quien cambiaría su vida para siempre, Charles Traynor.
Traynor obligaba a Lovelace, su nombre artístico, a participar en películas sexuales, de corta duración que se pasaban en los ‘peep shows’ (espectáculo privado al que se accede visualmente a través de un panel, previo depósito de unas monedas).
El director de ‘Garganta profunda’, en una fiesta swinger, vio una de estas cintas y observó algo especial en Linda. “Mi descubridor fue Gerard Damiano. Me había visto en una película de ocho milímetros y me contrató para estar en una de las suyas”, contó Lovelace.
Entonces, Linda Boreman pasó a ser Linda Lovelace gracias a Damiano, quien era fanático de Brigitte Bardot (BB), porque las iniciales se repiten y quería que su protagonista también lo hiciera (LL). Así nació la identidad de la primera gran estrella del cine para adultos.
Damiano consiguió 25 mil dólares para producir ‘Garganta profunda’, dinero financiado por la mafia quien quería participar en el negocio porno. Traynor fue quien recibió 1.250 dólares de ganancia por la cinta. Linda nunca supo cuánto ganó por su actuación.
Se estima que la película recaudo 600 millones de dólares, aproximadamente, y es posible porque la cinta se estrenó en varios países fuera de Estados Unidos.
En 1972, la joven se hizo célebre por la cinta pornográfica, ‘Garganta profunda’, y el éxito de la película en tan poco tiempo llegó hasta el Congreso de Estados Unidos, donde incluso la neoyorkina debió testificar debido a la conservadora administración del presidente Richard Nixon.
Mientras el golpe de suerte repentino, logrado por la joven actriz, la hacían cada vez más famosa y reconocida por el público, su matrimonio era un infierno que la llevó a refugiarse en las drogas.
En 1974, luego de tres problemáticos años casada, escapa de Traynor durante una noche en Las Vegas y logra divorciarse, acusándolo de haberla coaccionado a filmar películas para adultos “a punta de pistola”.
“Cuando ves la película estás viendo cómo me violan. Es un crimen que todavía se muestre; hubo un arma en mi cabeza todo el tiempo”, aseguró Linda.
En 1976 termina su carrera como actriz porno porque admite que: “Dios le había cambiado la vida”, e incluso le da una nueva oportunidad al amor y se casa con Larry Marchiano, con quien tuvo dos hijos.
En 1980, la actriz reveló detalles íntimos en su biografía ‘Ordeal’, en la que admite que su exesposo Traynor era violento y la obligaba a prostituirse.
Lovelace, en los 80 lideró al movimiento antipornográfico y al feminismo, promoviendo marchas en varios lugares de Estados Unidos. Además, testificó ante varias comisiones del Congreso sobre los efectos de la pornografía en mujeres y jóvenes.
En 1996, luego de 20 años de matrimonio, se divorcia de Marchiano y seis años después, el 3 de abril de 2002, Linda sufre un aparatoso accidente y fallece el 22 de abril del 2002, a los 53 años.
La vida de la actriz del Bronx se llevó a la gran pantalla en 2013, no logró un éxito arrollador como el de la emblemática cinta porno que protagonizó en los 70, pero sí dejó un gran mensaje para las mujeres que entran al negocio del entretenimiento para adultos.
La reflexión que dejó Linda sobre su paso por el cine porno fue muy realista: “No estoy avergonzada o triste sobre mi pasado. Cuando me miro al espejo sé muy bien que pude sobrevivir”.
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