Hoy, en Sin Recato les hablaré de un alumno aventajado de Sigmund Freud. Se trata de Wilhelm Reich (1897-1957), médico, psiquiatra y psicoanalista, famoso por la ‘cajas sexuales’, un invento que fue analizado por el mismo Albert Einstein.
En 1920, cuando tenía 23 años fue llamado por el afamado psicoanalista para trabajar con él y lo aceptaron como miembro de la Asociación Psicoanalítica Vienesa, fundada por Freud. Se conocieron cuando Reich lo contactó para preguntarle por un seminario sobre sexología.
Reich fue contratado por Freud para tratar a sus pacientes en una clínica austriaca. En ese momento, el joven había perfeccionado su teoría sobre la neurosis, la cual le atribuía a la represión sexual. Argumentaba que esa represión no se daba solo en el aspecto psíquico sino también en el físico.
De acuerdo con su teoría, el cuerpo responde a la represión provocando tensión muscular, lo que generaba, con el tiempo, dolores crónicos y enfermedades. Lo comparaba con una armadura, o una coraza, que determinaba la parte física, el carácter y esto marcaba la existencia de la persona.
Esta percepción fue considerada interesante, pero no su tratamiento, debido a que Reich consideraba que la represión debía ser tratada no solo de manera verbal, como le enseñó el maestro Freud, sino hacerse físicamente.
Reich inventó una terapia, revolucionaria para la época y opuesta con las doctrinas básicas del psicoanálisis: La neutralidad entre el paciente y el psiquiatra, en la que no hay contacto físico. La llamó ‘vegetoterapia’ y consistía en realizarle masajes a sus pacientes semidesnudos, con la intención de romper “la armadura muscular o de carácter”.
Por supuesto que se armó el ‘bololó’, cuando algunos expacientes denunciaron que los masajes que les realizaban en las partes del cuerpo donde el terapeuta sentía tensión muscular, eran considerados una forma de abuso.
Según Reich, el fin de la ‘vegetoterapia’ era liberar la energía sexual reprimida, que era la principal causante de muchos de los males de la sociedad, incluyendo hasta el nazismo.
Reich aseguraba que la armadura corporal no les permitía a las personas tener un orgasmo y por lo tanto no podían liberarse de sus represiones y describió que, cuando una sesión era exitosa, se producía ‘el reflejo orgásmico’, que era cuando se producían ‘olas’ de placer atravesando el cuerpo del paciente.
El psiquiatra proponía las relaciones sexuales como principal forma de liberar energía reprimida, lo cual permitiría transformar a las sociedades y al mundo. Y cumplió su propósito porque creó varias clínicas sexuales, regaló preservativos y defendió tener sexo, inclusive en la adolescencia.
En 1927, Reich escribió uno de sus libros más famosos: ‘La función del orgasmo’, provocando una verdadera ‘revolución sexual’, convirtiéndolo en un visionario para su época. Sin embargo, por sus ideas controversiales fue expulsado de la Asociación Psicoanalítica Vienesa en 1930.
En 1939 huyó a Estados Unidos, perseguido por el nazismo y desarrolló en este país su teoría sobre el orgasmo sobre una base biológica. Investigó el concepto freudiano de la libido para determinar sí en realidad era electricidad o una sustancia química del cuerpo.
Al llegar a Nueva York, informó que había encontrado una forma de energía vital que era liberada durante el orgasmo y lo llamó ‘orgón’, que es una fusión de orgasmo y organismo.
A partir de 1940 diseñó ‘acumuladores de orgón, que son cajas o cápsulas de un metro y medio que actuaban como bloqueadores de campos electromagnéticos, para que dentro del espacio se concentrase la ‘energía orgónica’.
El invento de Reich causó curiosidad en la prensa y burlándose de él empezaron a llamarlo ‘las cajas sexuales’. La persona ingresaba a la cápsula, preferiblemente, desnuda y debía permanecer el mayor tiempo posible para así recibir los beneficios que incluían hasta la cura para el cáncer.
Reich logró que el mismo Albert Einstein hiciera pruebas con su invento. El 13 de enero de 1941 le llevó una de las cápsulas, que el mismo físico alemán investigó por 10 días en su sótano. Sin embargo, Einstein concluyó que la diferencia de temperatura dentro de la caja era causada por el gradiente dentro de la habitación y no a la presencia del ‘orgón’, como afirmaba Reich.
A pesar de las críticas, Reich compró una granja en el estado de Maine que llamó ‘Orgonon’, donde siguió construyendo acumuladores y otras invenciones relacionadas con la ‘energía orgónica’.
Las autoridades empezaron a sospechar que Reich estaba promoviendo actividades sexuales ilícitas y en 1954 ordenaron la destrucción de 250 acumuladores y la incineración de toda la obra de Reich, que incluía ‘La función del orgasmo’ y ‘Psicología de masas del fascismo’, un libro clave en las protestas estudiantiles de mayo del 68 en Francia.
Muchos historiadores consideran esta persecución al médico y científico uno de los peores casos de censura en la historia de Estados Unidos. Y cuando parecía que no podía ser peor, Reich fue detenido y sentenciado a dos años de prisión por vender una cápsula a una persona en otro estado.
En 1957, luego de estar preso durante ocho meses y faltando poco para lograr su libertad condicional, Reich falleció a causa de un paro cardiaco. Tenía 60 años. El médico fue sepultado en su granja ‘Orgonon’, que se convirtió en un museo y un popular centro de peregrinación para sus seguidores.
Hoy las ideas de Reich siguen siendo populares e inspiradoras como la revolución sexual de los 60 y algunas disciplinas que, como él, promueven el poder curativo del orgasmo.
Estoy de acuerdo con Reich, la energía sexual debe ser liberada. Cada vez que usted sienta un orgasmo, bien sea solo o en compañía, además de producirle cambios a nivel físico, su mente estará en absoluta paz. No se reprima… ¡Haga el amor, No la guerra!
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