Nada es lo que parece

Batman, a mi modo de ver, es uno de los superhéroes más humanos, pues a diferencia de todos los demás no vuela o posee superpoderes. Lo que sí lo hace poderoso frente a cualquier otro es que es supermillonario y con eso pudo hacerse un super traje, diseñar un batimóvil, construir una baticueva e incluso tener una batichica.

Detrás del personaje que nace en los 60, estaba el actor norteamericano Adam West, quien le dio vida al enmascarado Batman y a su alter ego, el filántropo millonario Bruce Wayne quien siempre estaba acompañado del fiel Robin, interpretado por el actor Burt Ward, de 21 años.

La idea de la serie de televisión era sencilla: Las aventuras de un superhéroe quien, al lado de su partner, Robin, se enfrentarían con los más temidos villanos de Ciudad Gótica, como El Acertijo, El Guasón o El Pingüino.

No fue tarea fácil encontrar un actor que pudiera mantenerse ecuánime frente a las líneas cómicas del personaje de Batman y a la vez que pudiera personificar al serio millonario Bruce Wayne.

Y aunque Batman fue el papel de su vida, el mismo Adam West contó que rechazó la oportunidad de reemplazar a Sean Connery como el legendario agente secreto 007, James Bond.

El traje del Batman de los 60 era muy colorido, muy distante del actual que está reforzado con una prótesis en sus pectorales y abdominales y un super antifaz con el que apenas puede diferenciarse su rostro.

Así comenzó uno de los fenómenos más grandes de la televisión de aquella década, creando muchos perjuicios absurdos como que la malla del traje de Batman marcaba sus genitales. El tabú fue tanto que incluso se le sugirió al actor un tratamiento hormonal para reducir el tamaño de su pene.

Sin embargo, el mayor de los rumores que hasta hoy muchos creyeron era el que los personajes de Batman y Robin eran homosexuales, pero si así hubiese sido, en verdad no había argumentos que lo sustentaran.

La realidad era otra. En el foro de grabación West y Ward eran dos mujeriegos que no desaprovecharon ninguna oportunidad para disfrutar de su fama y de la revolución sexual de los 60, desbordando toda su lujuria y desenfreno sexual.

Burt Ward en su libro de memorias: “Joven Maravilla. Mi vida en mallas” escribió: “Hasta la serie, sólo había salido con unas pocas chicas, pero no había pasado nada. Adam me arrastró a las mayores aventuras sexuales que se pueda imaginar. De nada a todo. Sexo salvaje y sin parar. Era difícil quitarse el traje, por las limitaciones del disfraz, así que teníamos rapiditos”, comentó el actor.

Adam West agregó: “Burt y yo éramos como dos chicos en una pastelería. Estábamos en los 60, épocas de amor libre, swingers y mujeres lanzándose sobre nosotros. Me acuerdo de una noche en que tuve sexo con ocho mujeres. Orgía es una palabra dura, pero en esa ocasión fueron ocho. Tenía a compañeras actrices esperándome en el camerino desde las 7 y 45 de la mañana”.

Y aunque la vida sexual de West se ocultó al público, fuera del set participaba, constantemente, en orgias. En una ocasión, estuvieron en una fiesta sexual West y Frank Gorshin, quien interpretaba a El Acertijo: “Entramos e inmediatamente me metí en el personaje de Batman y Frank en El Acertijo. Nos reímos mucho. Fue tan divertido para nosotros que nos expulsaron de la orgía”, afirmó.

Cuando la serie terminó en 1968, el actor sufrió una fuerte depresión pues no pudo conseguir otro papel importante. En 1970 se casó por tercera y última vez con Marcelle Tagand.

Adam West en una entrevista confesó que: “En el estudio de grabación sucedían cosas mágicas. Teníamos sexo detrás de los decorados, entre escena y escena, en los camerinos, en todos lados”.

En su autobiografía, incluso reveló que una de sus fantasías no cumplidas fue la de hacer un “batitrío” con Yvonne Craig, la actriz que interpretaba a batichica.

Adam West murió el 9 de junio de 2017 a los 88 años en Los Ángeles, California, luego de una breve batalla contra la leucemia. Sus hijos lo recordarán siempre como su héroe, como El Caballero de La Noche que inspiró a sus fanáticos a tener una actitud positiva ante los obstáculos en sus vidas.