“Con corazón de pastores, reconocemos que todo caso de abuso sexual es un crimen, es un pecado grave, es un delito. Pedimos perdón a quienes han sufrido este flagelo y a todo nuestro pueblo. Seguimos asumiendo con firmeza y responsabilidad la debida atención a las víctimas y sus familias”.
“Mantenemos nuestro compromiso para que en cada caso se haga justicia y se promuevan los protocolos de prevención que hagan de nuestras instituciones ambientes seguros y susciten la promoción de la dignidad humana y el encuentro con Dios”.
El anterior pronunciamiento hace parte del cuarto punto de las conclusiones de la CXIV (114 años) Asamblea Plenaria de los Obispos de Colombia que, durante cuatro días, del 6 al 10 de febrero, deliberó sobre diversos temas en la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia, y en la que dejan claro que “Optamos por ser una iglesia que escucha, discierne y decide, como Pueblo de Dios, bajo la guía del Espíritu Santo, para ser signo de esperanza”.
El reconocimiento los obispos colombianos viene a sumarse a los recurrentes de parte del máximo jerarca de la Iglesia Católica, el Papa Francisco, en relación con el mismo tema, el abuso sexual en sus diferentes manifestaciones, a partir del 2014, luego de evaluar denuncias contra sacerdotes en Irlanda y Alemania.
Dentro de su múltiples mensajes está uno del 18 d septiembre del 2021, a través del medio oficial de prensa del Vaticano, en el que anota: “Al dirigirme a los líderes de las conferencias episcopales del mundo, reunidos en Roma en febrero de 2019, expresé mi aliento para que se asegurasen de que el bienestar de las víctimas no se dejase de lado en favor de una preocupación malentendida por la reputación de la Iglesia como institución. Por el contrario, sólo afrontando la verdad de estos comportamientos crueles y buscando humildemente el perdón de las víctimas y de los supervivientes, la Iglesia podrá encontrar el camino para volver a ser vista con confianza como un lugar de acogida y de seguridad para los necesitados”.
“Nuestras manifestaciones de contrición deben convertirse en una vía concreta de reforma, tanto para evitar nuevos abusos como para garantizar a los demás la confianza en que nuestros esfuerzos conducirán a un cambio real y fiable”.
“Os animo a escuchar la llamada de las víctimas y a comprometeros, los unos con los otros y con la sociedad en general, en estos importantes debates porque atañen verdaderamente al futuro de la Iglesia en Europa Central y Oriental, no sólo al futuro de la Iglesia, sino también al corazón del cristiano, atañen a nuestra responsabilidad”, precisa el Papa.
En otras de las publicaciones se destaca la del portal euronews. versión en español. “Es el momento de la vergüenza’. Así de sincero y categórico se mostró este miércoles el Papa ante la reciente publicación sobre los casos de pederastia dentro de la Iglesia Católica francesa”.
“Durante la audiencia general frente a los fieles de este país, Francisco lamentaba ‘la larga incapacidad de la Iglesia’ para gestionar un asunto que se ha convertido uno de los principales caballos de batalla del Sumo Pontífice”.
“A ti, Señor, la gloria, y a nosotros, la vergüenza’, decía Francisco. ‘Este es un momento de vergüenza. Animo a los obispos, a los superiores religiosos y también a vosotros, queridos hermanos, que habéis venido aquí a compartir este momento, a hacer todo lo posible para que no se repitan tragedias similares’, añadía el Papa, que mostraba también a las víctimas todo su ‘dolor y tristeza’ por los traumas sufridos”.
Más adelante, en al artículo se revelan datos de un informe de la Comisión Independiente sobre Abusos en la Iglesia Católica en el que se asegura que, desde 1950 hasta el presente, cerca de 3.000 sacerdotes católicos franceses harían parte de 200.000 casos de abuso sexual en Francia.
En Colombia, el año pasado, el periodista Juan Pablo Barrientos, que se ha convertido en un referente de la investigación periodística sobre la pederastia, logró, luego de un pleito jurídico que definió a su favor la Corte Constitucional, que la Arquidiócesis de Medellín le entregara copia de un documento que contiene los nombres de 36 sacerdotes que, desde 1992, son investigados tanto por la Fiscalía como por Congregación para la Doctrina de la Fe, instancia interna de la Iglesia Católica, de abusos en el Valle de Aburrá en Antioquia.
“En un archivo de cinco páginas se puso en evidencia que 36 sacerdotes han sido señalados como presuntos emisores de delitos sexuales contra niños, niñas y adolescentes desde 1992 hasta la fecha. Sin embargo, once casos fueron descartados en los pasillos del Vaticano porque los testigos desestimaron las acusaciones o faltaron pruebas”, señala la revista Semana, en un artículo al respecto.
Ahora, con la reciente posición de los obispos católicos en Colombia se está abriendo un debate que debe abordarse con mucha responsabilidad argumentación y altura, en el que prevalezca la verdad, tal como lo pide el Papa Francisco.
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