En los últimos años, a finales de cada mes de julio, exactamente, el día 30 y por 24 horas, se prenden las alarmas para alertar sobre el delito de la trata de personas; se revelan cifras; se hacen recomendaciones de prevención y compromisos; y listo…la temática vuelve a tener vigencia dentro de 365 días.
Desde mediados de la década del 90 del siglo pasado, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) se ha convertido en cabeza visible dentro de la lucha mundial para desterrar esta ilegal y aberrante práctica.
Sin embargo, antes hay que precisar que la OIM surgió en 1951 en Europa occidental debido al caos y desplazamiento de comunidades, producto de la Segunda Guerra Mundial y por la necesidad de reasentar a más de 11 millones de personas que fueron obligadas a salir de sus países de origen. En Colombia viene trabajando desde 1956, principalmente en apoyo a las comunidades desplazadas por el conflicto armado interno.
#sinrecato comparte información sobre la trata de personas, buena parte tomada de la elaborada por la Organización, con la intención de que sea tema de análisis y reflexión de mayor frecuencia y no solo por 24 horas.
Para la OIM, “la trata de personas es el traslado de seres humanos de un lugar a otro, dentro del mismo país o hacia el exterior con fines de explotación, para obtener dinero o cualquier otro beneficio. En esta situación las víctimas pierden su derecho a la libertad y la autonomía sobre sus propias vidas”. En Colombia el delito es castigado con penas de prisión que van de 13 a 23 años.
Se han detectado varias modalidades que caracterizan al delito. Una es para la extracción de órganos con fines de comercialización; otra es la explotación sexual mediante la prostitución ajena, el turismo, la pornografía infantil o pornografía obligada; la tercera es el trabajo forzado, desconociendo derechos; la cuarta es la mendicidad ajena, y es cuando se obliga a pedir limosna y esta luego le es arrebatada; y la quinta modalidad es la del matrimonio servil que “ocurre cuando se establece una relación filial de una persona con otra y una de ellas se ve privada de sus derechos y libertades más elementales, encontrándose en una situación de esclavitud. Un ejemplo de esto, son las mujeres que conocen a un hombre extranjero vía internet, quien les ofrece matrimonio y luego son explotadas doméstica o sexualmente”.
Mitos y realidades
La OIM ilustra la trata de personas mediante el ejercicio de lo que es mito y lo que esa realidad:
Mito: La venta de personas es una práctica que sólo se da en ciertas culturas o países subdesarrollados.
Realidad: La trata es un delito presente en todo el mundo.
Mito: Las víctimas son únicamente mujeres.
Realidad: Aunque el mayor número de víctimas de la trata sí son mujeres, especialmente menores de edad o entre los 18 y 25 años de edad, los hombres también son víctimas de este delito.
Mito: Las víctimas de la trata son todas de estratos 1 y 2.
Realidad: La trata es un delito que no respeta estrato económico, religión, raza, cultura. Aunque existen factores de riesgo presentes en estratos socioeconómicos más bajos, como el bajo nivel escolar, el poco acceso a oportunidades, la maternidad temprana, estos no son los únicos elementos que constituyen la vulnerabilidad de un ser humano frente a la trata.
El fenómeno en cifras
Algunas de las cifras que ha recopilado la OIM destacan, por ejemplo, que en solo en Estados Unidos, en el 2008, eran explotadas 12,3 millones de personas, entre niños y adultos; y que el mercado de la trata de blancas movía, en el 2005, 31,6 billones de dólares.
El año pasado, las Naciones Unidas estimaron que en los tres últimos años, en el mundo, 21 millones de pesos han sido víctimas de la trata de personas.
“En Colombia, entre 2013 y 2019 se registraron 560 casos de trata de personas, según información del Ministerio del Interior. El 84% de las víctimas fueron mujeres, y la modalidad con mayor preponderancia fue la explotación sexual (60%), seguida de trabajos forzados (25%). De los casos registrados, 58% corresponde a personas entre los 18 y los 30 años de edad”, señala la OIM.
Las zonas del país en las que más se han detectado son los departamentos de Norte de Santander, Atlántico, Bolívar y Magdalena, por lo que la recomendación es que las acciones que se trazan para erradicar el delito, como campañas de prevención, invitación a la denuncia oportuna, aplicación de legislación vigente, entre otras, sean de ejecución permanente y no flor de un día.
No Comments