“El Guayabito”, así la llamaban
Los hombres del pueblo ahí se juntaban
Y al Mane Costilla le pedían con licor
Canciones alegres para calmar el dolor.
Manuelito… dame una cerveza para Lucía
Y de paso ponme el disco “La gota fría”
Así el abuelo presto ponía el acetato
Porque ese era el único formato.
Mane Costilla con su radiola de batería
ponía esos discos que Vigo Díaz quería
En San isidro todos los ritmos se escuchaban
y las mujeres del Mane también disfrutaban
Si el acetato por accidente al suelo caía
Iba presto donde el abuelo y le decía:
Óyeme, Manuelito dame ese acetato
Pa’ jugar con él, aunque sea por un rato
En ‘El Guayabito’ mucho cuento se tejía
Diciendo que él en cama ajena amanecía
No es un cuento que cinco mujeres tenía
Y el gran Manuelito a todas las complacía
Confirmo que es cierto, asevero como nieto
¿Por qué no te quedas en tu casa quieto?
Manuelito, si te quedas otro rato te enseño
Los mochos de acetato que cuido con empeño
Así nació mi pasión por coleccionar acetatos
Algunos asequibles y otros no tan baratos
Enmarañados entre unos cuantos pulgueros
Quizás buscando a mi gusto algunos boleros
Quien pensaría que hoy los busco y rebusco
Como a esos tesoros ya viejos y olvidados
La cantina del abuelo me ha enseñado
A valorar los momentos que viví en el pasado.
Tania Castro
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