Nuestro invitado del mes, el psicólogo y sexólogo José Manuel González, aborda en su columna habitual de El Heraldo de Barranquilla un ‘coctel’ que los padres no deben ignorar porque tiene que ver con los hijos en formación, en especial los adolescentes.
He aquí las reflexiones del doctor González:
La mayoría de los expertos parecen coincidir en que se aproxima, en nuestra querida Colombia, una época en donde se presentará un aumento del consumo general de drogas y de mayor permisividad y libertad en las costumbres sexuales. Esto es muy positivo para algunas personas y muy negativo para otras personas, depende desde qué óptica se mire a la humanidad.
Se piensa que el cambio en las políticas del gobierno llevará a una situación de mayor libertad en la producción y comercialización de drogas, como la marihuana y la cocaína, y como es natural esto no solo se reflejará en la cantidad de droga que saldrá del país, sino que también aumentará la disponibilidad para el consumo interno de las sustancias psicoactivas.
Independientemente de que usted, querida persona que me hace honor de leerme, esté a favor o en contra del consumo de drogas, un hecho real es que muchas personas, sobre todo jóvenes, están muriendo por sobredosis de sustancias psicoactivas.
Eso ya es un problema de salud pública en Colombia. La realidad es que no estamos preparados para realizar actividades de prevención e intervención terapéutica en el campo de la farmacodependencia. Hacen falta profesionales adecuadamente entrenados e instituciones clínicas que ofrezcan buenos programas de rehabilitación.
Existen ya en Colombia buenos grupos de apoyo, como Narcóticos Anónimos, pero su influencia y cobertura todavía son insuficientes para satisfacer los deseos de las muchas familias que hoy buscan ayuda profesional para sus hijos o parientes, esclavos del consumo de marihuana, cocaína o “pepas psicodélicas”, para solo nombrar algunas de esas sustancias psicoactivas.
Por otro lado, las costumbres sexuales están cambiando drásticamente en las personas adolescentes y jóvenes, lo que también es visto por algunas personas como algo muy malo y por otras como algo muy bueno.
Hay personas que insisten en defender las costumbres sexuales tradicionales, como las relacionadas con la virginidad femenina, mientras que otras personas piensan que las adolescentes y las jóvenes tienen derecho a iniciar su vida sexual cuando lo deseen, inclusive antes del matrimonio.
Independientemente de que usted esté a favor o en contra de la virginidad, un hecho real es que muchas personas, sobre todo jóvenes, están tomando malas decisiones sexuales que los llevan a consecuencias negativas, como embarazos no planeados o infecciones de transmisión sexual.
Solo para complementar, los índices de infecciones por gonorrea están incrementándose drásticamente en los adolescentes. La sexualidad de las personas adolescentes y jóvenes ya es un problema de salud pública en Colombia.
La realidad es que tampoco estamos preparados para realizar actividades de prevención e intervención en el área de la sexualidad. Hacen falta profesionales adecuadamente entrenados e instituciones que ofrezcan buenos programas de educación e intervención en el área de la sexualidad humana.
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