El invitado del mes de sinrecato.com, el psicólogo y sexólogo, José Manuel González, nos comparte una reflexión que tuvo punto de partida en la inquietud de una mujer con respecto a su esposo (*):
“Esta semana al terminar una reunión con parejas, una señora me planteó la inquietud que tenía porque, según ella, su marido “se la pasaba viendo porno” y creo que ese es un buen tópico para conversar hoy con ustedes.
Quisiera comenzar contándote que los expertos –como el dr. Hans Eysenck, en su libro ‘Usos u abusos de la pornografía’– piensan que las imágenes sexuales en películas y televisión pueden ser muy útiles para los adultos, que en forma madura y responsable las utilizan para enriquecer su experiencia sexual.
La mayoría de los sexólogos también opinan que estas mismas imágenes son dañinas para menores de edad, que no están todavía preparados para interpretarlas adecuadamente. Pero todos reconocen que la pornografía puede fácilmente crear adicción.
Una encuesta mostró que 48% de los hombres y el 35% de las mujeres estaba de acuerdo con que las películas y las revistas eróticas hacen la vida sexual más interesante. Entre los adultos, el 14 % de los hombres y el 39% de las mujeres nunca habían visto una película porno.
En el caso específico de esta señora, yo veo dos grandes posibilidades. La primera puede relacionarse con una adicción sexual del marido. La segunda tiene que ver con la necesidad de aumentar la calidad y la variedad de la actividad sexual en su vida conyugal.
Puede estar ocurriendo que el marido ha desarrollado una adicción al sexo, similar a la adicción a los juegos de azar o a las drogas. En estos casos es posible ayudarle a que él mismo se dé cuenta de que algo anda mal con sus deseos sexuales. Conversar al respecto con él puede ser útil, si se hace en una atmósfera de cordialidad y respeto.
Más que atacarlo a él, hay que plantearle claramente la forma como esta situación está afectando al matrimonio. Si él acepta que algo anda mal, se le debería ayudar a buscar una ayuda profesional.
También puede estar pasando que la esposa no se involucre de una forma saludable en la relación sexual y él está buscando algo más de lo que vive con ella. Puede ser que él prefiera buscar esto en las películas para no serle infiel a su esposa. Sería útil que esta señora se preguntara si la vida sexual con su marido anda bien. Tal vez sería útil mirar cómo fueron los últimos encuentros íntimos. ¿Fueron plenas y dejaron satisfechas a ambas personas?
En un caso como este es bueno observar también si hay algo que el marido le haya solicitado, o criticado, con respecto a la participación de ella en la vida sexual.
De pronto ella también tiene que cambiar algunas de sus costumbres íntimas”.
(*) Columna publicada en El Heraldo de Barranquilla.
www. drjmgonzález.com
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