Un tema que nunca deja de rondar a las parejas es el que hoy nos comparte nuestro invitado especial del mes, el psicólogo y sexólogo José Manuel González:
Los celos pueden concebirse como una respuesta emocional intensa y compleja que causa una perturbación importante en la persona que los siente.
Generalmente surge cuando la persona ve amenazada la relación con otra persona con la que se siente vinculada afectiva y/o emocionalmente.
Los celos involucran a tres personas: 1) la que siente celos, 2) la persona con quien se tiene un vínculo emocional y 3) una persona vista como peligro para la relación con la segunda persona, aunque esta tercera persona solo exista en la imaginación de la persona celosa, como ocurre muchas veces en los celos patológicos.
Los celos son una emoción más, como el miedo, la ira y la tristeza. Los celos son una emoción universal y tiene un valor adaptativo según la teoría evolucionista. Así como la tristeza, la ira y el miedo son apropiadas en algunas circunstancias, los celos pueden llegar a ser una emoción adecuada en algunas situaciones.
Al igual que otras emociones, los celos pueden ser patológicos y llevar a acciones con consecuencias terriblemente negativas en la vida de una pareja.
Los celos se relacionan con el fenómeno llamado “Apego”. En general existen varios tipos de apegos, que son el resultado de la forma como los bebés se relacionan con los adultos que cumplen las funciones maternales y paternales.
Se llama apego ansioso cuando el niño se caracteriza por responder con ansiedad ante la separación de los seres queridos, búsqueda de la proximidad a esos seres queridos, con ataques de ira y dificultad para ser consolado. Son niños que se sienten abandonados y que desarrollan el miedo a que nadie los quiera realmente. También piensan que no son valiosos como personas. Su baja autoestima y su inseguridad son constantes. Se llama apego evitativo cuando el niño tiene nula o escasa ansiedad ante la separación de los seres queridos.
Se llama apego seguro cuando el niño busca el contacto y la proximidad con los padres y pueden ser reconfortados con facilidad. Los niños que desarrollan en la infancia apego seguro o apego evitativo casi no sienten celos en la edad adulta, pero los niños con apego ansioso desarrollan en la vida adulta serios problemas de celos.
Un elemento, en nuestra cultura, que estimula y propicia los celos patológicos es el abuso del consumo de alcohol. Varias investigaciones, como las de Dutton, Van Ginkel y Lnadolt, reportan datos que indican que los celos mórbidos (muy dañinos) aumentan dramáticamente con el consumo abusivo del licor.
Estos celos patológicos por el abuso del alcohol no solo se presentan durante el consumo, ya que se generalizan a situaciones en que la persona no ha tomado, pero su mente sigue funcionando, sin sano juicio, construyendo películas mentales donde su pareja le es infiel. Algunas veces esto lleva a finales terribles…
(*) Columna tomada de El Heraldo de Barranquilla.
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