En el espacio que mensualmente le cedemos al psicólogo y sexólogo, José Manuel González (*), el tema que comparte, de manera oportuna, está relacionado con una problemática social que es de cuidado.
“El suicidio es una de las principales causas de muerte a nivel mundial, sobre todo en jóvenes, por razones relacionadas con la sexualidad. Su prevención es un desafío crucial.
Es un problema complejo que involucra múltiples factores, pero la buena noticia es que hay formas efectivas de intervenir y ayudar.
El artículo de hoy pretende ofrecer una guía clara y comprensible sobre cómo podemos contribuir a la prevención del suicidio.
Comprendiendo el suicidio: El suicidio no es un acto impulsivo. A menudo, es el resultado de un profundo sufrimiento emocional. Factores como la depresión, la ansiedad, el abuso de sustancias, problemas financieros, relaciones conflictivas y eventos traumáticos pueden aumentar el riesgo. Es fundamental entender que las personas que consideran el suicidio no buscan realmente morir, sino poner fin a un dolor que sienten como insoportable.
Señales de advertencia: reconocer las señales de advertencia es el primer paso para prevenir el suicidio. Algunas de las señales más comunes son:
-Hablar sobre el deseo de morir: Esto puede ser en forma directa (“Quiero morir”) o indirecta (“No veo la salida”).
-Aislamiento social: Alejarse de amigos, familiares y actividades que antes disfrutaban.
-Cambios en el comportamiento: Aumento del uso de alcohol o drogas, cambios en los hábitos de sueño, descuido de la apariencia personal.
-Desesperanza: Sentimientos persistentes de impotencia y desamparo.
-Regalar posesiones valiosas: Preparativos inusuales como hacer un testamento o despedirse de seres queridos.
Cómo ayudar: Si sospechas que alguien está considerando el suicidio, es crucial actuar con sensibilidad y prontitud. Algunas formas de intervenir:
Habla abiertamente: No tengas miedo de hablar sobre el suicidio. Preguntar directamente ¿Estás pensando en suicidarte? puede ser difícil, pero demuestra tu preocupación y puede abrir una puerta para que la persona hable de sus sentimientos.
Escucha sin juzgar: Ofrece un oído empático y escucha sin interrumpir ni juzgar. A veces, solo hablar sobre sus problemas puede ser un alivio significativo para alguien en crisis.
Mantén la calma: Mantén la calma y transmite tu apoyo. Asegurarles que no están solos y que hay ayuda disponible.
Evita minimizar: Diciendo cosas como “todo estará bien” o “tienes mucho por qué vivir”. En su lugar, valida sus sentimientos y ofréceles tu apoyo incondicional.
Conecta con profesionales: Ayuda a la persona a ponerse en contacto con profesionales de salud mental. Esto puede incluir terapeutas, consejeros, o líneas telefónicas de prevención del suicidio.
La prevención del suicidio es una responsabilidad compartida que requiere la atención y el esfuerzo de todos. Al estar atentos a las señales y ofrecer apoyo podemos salvar vidas”.
(*) Columna tomada de la web de El Heraldo de Barranquilla.
www.drjmgonzalez.com
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