Te siento pececillo, nadando confuso
y observándome desde adentro.
Después de cada final del día,
de cada melancolía nueva,
quedas tú siempre…
Seguramente jugando con esa cuerda,
que nos une,
que nos libera.
Sigue nadando pececillo en tu pecera.
Sigue haciéndome cosquillas en el vientre.
Poeta invitada: Rosa Herrera Bossio
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