Deberes y derechos hacen parte de la convivencia en sociedad, pero no hay que negar que la balanza se inclina más en reclamar los segundos y ‘olvidar’ los primeros.
Y es que, quizás, siguiendo esa línea algún desocupado se le ocurrió meterle derechos a la amistad, incluyendo hasta lo sexual. De allí que haya ‘nacido’ (ojo, no hay registros en qué momento), el cuento de los ‘amigovios’, una relación que no es tan fácil de entender, y quienes se atreven la defienden con argumentos no tan convincentes.
“Eso de lo tú quieres escribir lo he venido haciendo con Verónica. Hemos sido llaves desde que nos conocimos en la Universidad y resulta que, en la celebración de uno de esos encuentros anuales de viejos amigos de estudios, de pronto por el ambiente fiestero del momento y los tragos, resultamos hasta echándonos un polvo”.
“Al principio fue una vaina rara, pero ya es casi es una costumbre que, si queremos pasar un fin de semana juntos, ir a cine, comer, a bailar, a playa, o ir de ‘moteliada’, listo, no hay problemas; pero eso sí, tenemos claro que nada de compromisos. Hasta el momento me siento bacano, chévere, sin amarres…”.
Al amigo de la confesión le comenté que notaba cierta irresponsabilidad de parte de ambos, que de pronto estaban disfrazando frustraciones de convivencia, incluso de bajísima autoestima, una vía de escape sin norte. “¡Ombe, no seas tan pendejo!, ya somos un par de adultos y casi viejos que sabemos lo que queremos y listo”, fue su tajante respuesta.
La tendencia se la expuse a la psicóloga Wendy Arias De La Rosa, especialista en Intervención Psicosocial, candidata a Magíster en Psicología, y directora de Proyectos Funimujer.
Ella comenta que, en la actualidad, muchas personas establecen ‘amistades con derechos’, ya que no desean relaciones más allá del tiempo, porque tienen carencia de relación afectiva en un noviazgo, menos obligaciones, responsabilidades e intereses y encontrar placer sexual.
“En este tipo de relación existe una clara comunicación en la cual se manifiestan los límites, las metas de cada uno para así evitar contradicciones amorosas futuras; es un vínculo afectivo totalmente distinto en lo cual lo que prima es sensación de libertad”, sostiene.
La psicóloga explica que este nuevo modelo de relaciones se debe a varios factores: Miedo al compromiso, ya que esto implica tener que compartir propósitos, convivencia o gastos; miedo al amor; temor a perder la libertad; sufrir y ser controlado; independencia; relaciones fallidas; impulsar autoestima; además, no hay fortaleza en los cimientos morales de la persona.
“En el caso de algunas mujeres ha crecido el abanderamiento en su llamada ‘igualdad de derechos’ al hombre, pero han torcido la igualdad, ya que consideran que por eso pueden ponerse en el mismo plan de querer crear relaciones efímeras. En otros casos hay mujeres que tienden a establecer conexiones emocionales con más facilidad, cuando las relaciones están presentes, porque son educadas en el rol de novias, esposas, luego madres; y en los hombres, el pensar que la “prueba de amor” es real y con eso demuestran sentimientos, pero eso es un sofisma”, advierte Arias De la Rosa.
Derechos ‘constitucionales’
Pero a propósito de los tales ‘amigos con derechos’, el portal web Glamour, en su espacio Amor y Sexo, publicó en mayo pasado una lista de 10 de los “beneficios” de los que pueden gozar los que se matriculan en esa tendencia. Aquí están:
Salir con más personas. Una de las ventajas de los amigos con derechos es que, si quieres, puedes seguir conociendo gente y pasándola bien (hasta que conozcas a alguien que realmente te convenza para tener una relación seria). Se vale ser coqueto, divertido y un poco espontáneo en este tipo de relaciones.
Dividir la cuenta. Aceptémoslo, nos encanta que paguen cuando nos invitan a salir (independientemente del sexo o preferencia sexual de tu date). Pero recuerda que lo justo es que exista equidad y además ¡Son ‘amigos’! Así es que lo mejor es que cada quien cubra su parte.
No invitarte con su familia y amigos. Puede llegar a hacerlo, especialmente si se llevan muy bien, pero NO es su obligación. La mayoría de las personas prefieren evitarlo para mantener la relación muy casual.
Mantener distancia. No esperes a que te marque diario, o a que te mande mensajes todo el tiempo. Puede que se vean muy seguido o que pasen semanas, incluso meses, sin hablar. Todo depende de su tipo de relación y dinámica que lleven. Respetar las reglas, el espacio y los límites del otro es BÁSICO para que su acuerdo funcione.
“Algunas mujeres ha crecido el abanderamiento en su llamada ‘igualdad de derechos’ al hombre, pero han torcido la igualdad”, dice la psicóloga Wendy Arias.
Tener sexo. Es una de las principales razones por las que la mayoría de los amigos con derecho decide verse, aunque no todos lo hacen. Por eso, es importante que pongan sus condiciones para una relación abierta, que puedan hablar sin penas ni prejuicios de lo que les gusta y lo que no les late tanto en la intimidad. No es una relación seria, pero tiene que haber respeto y comunicación EN TODO MOMENTO para que todo fluya ¡y lo disfruten al máximo!
No tenerte en sus redes sociales. Si deciden agregarse y darse likes está bien, pero cada uno tiene derecho a mantener su vida tan privada como quiera.
Presentarse como ‘amigos’. No tienes que sentirte mal cada vez que se encuentran a alguien se presentan como ‘amigos’, al fin de cuentas, es lo que son (aunque con otros sexys beneficios). Si buscas algo más, te recomendamos ser sincera y hablar de tus sentimientos con él. Tal vez busque lo mismo que tú y si no, lo mejor es que te alejes a tiempo para no salir lastimada.
No darte explicaciones. Si se pusieron una borrachera tremenda con sus amigos el fin, salieron con alguien más, o no se han buscado en un tiempo, ¡No tienen que decirse por qué lo hicieron! Y, por lo mismo, no tienen derecho a reclamarse sobre esto.
Ser poco (o nada) detallistas. Si te abre la puerta del coche antes de que te bajes, acomoda tu silla para que te sientes, pasa por ti o te invita algo, considéralo un plus y no algo que esté obligado a hacer.
¡Pueden irse cuando quieran! Contrario a lo que muchos piensan, los amigos con derechos pueden estar juntos por semanas, meses ¡o hasta años! Pero, como en todo tipo de relación, esto termina en cuanto ambos o uno de ustedes así lo decida.
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