Aquellas personas que andan en búsqueda de nuevas experiencias, bajo el argumento de que lo rutinario le resta sentido a la vida, sobre todo en el plano sexual, y quieren medírsele a todo sin pararle bolas a sus consecuencias, expertos les tienen la siguiente advertencia sobre la práctica del Chemsex que, aunque no es una nueva tendencia, viene desde el 2004, atrapa a más exploradores.
Sin tanto rodeo es sostener relaciones sexuales duales o grupales, bajo los efectos de sustancias psicoactivas, así sean estas sean legales o ilegales, con el fin de aumentar los niveles de excitación, placer, resistencia y establecer un espacio libre de inhibiciones, según lo explica un artículo reciente del periódico El Espectador.
El escrito surge porque un grupo de investigadores se dio a la tarea de averiguar, mediante una encuesta virtual, ‘Una mirada exploratoria al uso de drogas en prácticas sexuales’, qué tanta penetración ha tenido el Chemsex en Colombia. Las revelaciones deben ser un campanazo de alerta para quienes estructuran las políticas públicas de salud.
Pero antes de mostrar los resultados de la investigación hecha por la ATS, Asociación Técnica Social, y en la que participaron Felipe Cuervo, sociólogo; Daniela Rocha Jurado, psicóloga; Jessica Useche (Totoya Show), activista; Christian Gordillo, Administrador de Empresas; y Laura Josunhee Sánchez, diseñadora, es bueno darle una mirada a los graves efectos, o consecuencias, que deja la práctica, de acuerdo con conceptos recogidos entre investigadores por parte del portal español ‘madrid+salud’:
- Vida sexual. Pérdida de interés por prácticas sexuales en las que no se utilizan drogas; Riesgo de adquisición de infecciones de transmisión sexual u otras enfermedades infecciosas; Abusos sexuales y violaciones.
- Drogas: Consumo diario; Sobredosis y muerte; Efectos secundarios graves a nivel neurocognitivo; Desarrollo de trastornos adictivos.
- Vida social: Problemas económicos; Pérdida de empleo; Rendimiento académico reducido; Abandono de otras formas de ocio; Problemas legales; Estigmatización.
Lo que dice la encuesta sobre Colombia:
“ATS realizó una encuesta en línea y a través de la aplicación de citas Greendr. De 766 personas que respondieron, 689 reportaron haber usado sustancias psicoactivas al tener relaciones sexuales. Además, 488 reportaron conocer qué es el Chemsex. De estos 271 identifican sus prácticas con el Chemsex.
El 80% se identificó como homosexual, lesbiana, bisexual, pansexual, androsexual; y el 20% como heterosexual. La gran mayoría (el 55.5%) de los que respondieron la encuesta tienen entre 18 y 24 años, y viven entre Bogotá (mayoritariamente), Medellín, Cali y Barranquilla.
El 29% de quienes manifestaron identificar sus prácticas como Chemsex usa sustancias psicoactivas de manera opcional para tener relaciones sexuales, no solamente en el marco de sesiones de Chemsex, el 56% manifestó hacerlo a veces; un 9% manifestó que siempre debe estar bajo el efecto de una SPA al tener prácticas sexuales; el 6% manifestó hacerlo post fiesta.
La mayor parte de la población encuestada lleva más de un año practicando el Chemsex (54%). Pocos participantes llevan menos de un mes practicando el Chemsex (4%), y de esto se infiere que han iniciado la práctica durante la cuarentena; un 6% de la población se identifica con la práctica hace un mes y seis meses; y un 21% hace más de 5 años. Además, la mayor parte de la población lleva a cabo esta práctica de forma mensual (54%), con una alta prevalencia de su práctica de forma semanal (23%).
Usualmente se acceden a las sesiones por medio de aplicaciones (25,2%), siendo la aplicación más usada Grindr, seguida por Tinder. Además, hay un alto acceso a las prácticas en espacios de fiesta (21,7%), seguido por redes sociales (17,8%) y por acceso gracias a la pareja (14,4%). La mayor parte de la población asiste a sesiones de Cense en espacios conocidos 58%, siendo solo el 17% de la población quienes lo practica en lugares públicos como clubs, y un 16% afirmaron asistir a sesiones en lugares desconocidos.
La sustancia más consumida en un escenario de Chemsex son los Popper (25,1%), seguido por el consumo de MDMA (18,2%), cocaína (14,6%) y ketamina (9,6%). Se evidencia un cambio importante el en uso de sustancias psicoactivas en escenarios de sexo grupal en la encuesta, en relación con las drogas consumidas en otras partes del mundo, en donde se usan más las “chems” (GHB 3,1%, Mefedrona 0,9% y metanfeta-minas 2,9%).
El 85% de los participantes reportan haber presentado un consumo previo al Chemsex de sustancias psicoactivas. El 24,4% usaban más marihuana, seguido de MDMA (18,6%), cocaína (14,4%) y de popper (13,4%), 8 participantes reportaron usar las mismas drogas antes del Chemsex.
“Hay un incremento en el uso del popper cuando comienzan a practicar el Chemsex en la población encuestada. Frente al desarrollo del fenómeno en otros países es importante resaltar que el grupo encuestado no reportó prácticas de Slashing o uso de drogas inyectadas como mefedrona, como es característico en los estudios sobre Chemsex en España y el Reino Unido”, dice el informe.
Luego de las prácticas de Chemsex, los participantes presentaron consecuencias de la salud en un 50% distribuido entre participantes que presentaron enfermedades con un 13%, un 16% lesiones físicas y un 20% presentan infecciones”.
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