Un informe de la asociación Fight The New Drug, durante 20 años de investigaciones, estudió la pornografía y su relación con la violencia.
Cuenta con testimonios de violadores y agresores que abiertamente explican sus rituales antes de realizar sus ataques. Donde manifiestan que antes de asaltar a su víctima ven videos pornos.
Lo anterior no quiere decir que por ver porno te convierte en violador, o violadora, pero es un mensaje desviado para los jóvenes que ven pornografía. Su cerebro codifica que a todas las mujeres, u hombres, les gustan las agresiones, humillaciones y trato como objetos sexuales para alcanzar el placer que se quiere. Este patrón de conducta dificulta tener relaciones sanas y amorosas.
Luego de analizar los 50 vídeos porno más vendidos, o alquilados, el informe encontró que de 304 escenas de sexo, 88% incluían violencia física y la mitad añadía violencia verbal. Solo una de cada 10 escenas no incluía ninguna agresión. Una escena típica incluía una media de 12 agresiones.
En las escenas, al 95% de las mujeres se les insulta, pega, humilla y viola y ellas solo sonríen o lo aceptan ‘placenteramente’. En la mayoría de las películas porno, incluyendo las no violentas, el hombre siempre es el macho alfa, dominante y la mujer es la sumisa y obediente. El sexo puede ser porno y el porno ser sexual pero ¿Por qué debe ser violento?
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