La ciudad despierta
con cantos de cosecha
y luna de abril.
Huele a verdor y dulzor de mangos,
sujetos como zarcillos en sus ramas.
Un niño saborea, come,
sacia su hambre
y sigue soñando esta ciudad
de fruta madura y brisas olorosas.
Barranquilla tiene sabor
a mango maduro en sus besos,
a pulpa de sueños y esperanza.
Sin yo conocer las calles
de mi vieja Barranquilla
Estercita Forero con su canto
me las mostró
y con el Verde Mar de Meira Delmar,
soñé con ser poeta
más allá de escribir poemas.
Vi pasar los años
entre hojas secas de veranos,
en las gotas afiladas
de inviernos repetidos
y en este descansar de la lluvia,
numerosas calles de la arenosa
huelen al verdor de los mangos
que aún se sujetan
sobre sus ramas,
huele al dulzor de mangos
cuando maduros forman esteras
a nuestro paso.
¡Barranquilla
tiene el sabor de mango maduro
en sus besos!
Poeta invitada: Dina Luz Pardo Olaya
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