Tal cual y siguiendo la tradición de ciertos ritmos musicales, que son desempolvados para anunciar la Navidad y el Año Nuevo, o los tradicionales carnavales en la Costa Caribe, por ejemplo, proceden las autoridades sanitarias con las medidas preventivas frente al frenesí sexual que presienten se va a registrar por estos días carnavaleros.
#sinrecato se suma a ese llamado de advertencia para que, mañana más tarde, el goce no se convierta en dolor de cabeza; incluso, en grave tragedia con difunto a bordo.
Profamilia destaca en su portal que existen más de 20 de tipos de Infecciones de Transmisión Sexual, ITS (lo que, comúnmente, era conocido como Enfermedad de Transmisión Sexual, ETS, antes que la Organización Mundial de la Salud explicará que el término era inapropiado porque algunas infecciones no producen síntomas ni manifestaciones), y señala las más conocidas:
VIH-Sida, sífilis, gonorrea, infección chlamydia, linfogranuloma venéreo, chancro blando, condilomas e infección por papiloma virus, enfermedades pélvicas inflamatorias, herpes genital, hepatitis B, pediculosis, virus del papiloma humana (VPH).
Estas se adquieren, principalmente, por contacto sexual con persona infectada, a través del intercambio de fluidos corporales infectados, como el semen, líquido seminal pre-eyaculatorio, sangre, fluidos vaginales. Son producidas por bacterias, virus, hongos o parásitos.
“Algunas ITS pueden ser tratadas y curadas. Otras aunque nunca desaparecen, con el debido tratamiento pueden disminuir su efecto. Y otras como el VIH-Sida y la hepatitis B tienen tratamiento pero no existe cura conocida y por lo tanto podrían causar la muerte”, señala Profamilia.
Por su parte, el médico internista William Sánchez Rincones, explica que la mejor medida preventiva es no tener relaciones sexuales; algo parecido a evitar el guayabo luego de una borrachera, y para el que, supuestamente, existen miles de fórmulas de tratarlo, pero la más efectiva es la de no consumir alcohol.
Sin embargo, frente a un posible encuentro sexual, en caso de no poder evitarse por múltiples razones, lo recomendable es un plan B, y el más indicado es el uso del condón de manera correcta. En esto deben participar las Secretarías de Salud mediante la distribución masiva y gratuita de condones, durante las fiestas, como ha ocurrido en otras ocasiones.
Sánchez destaca que si una persona, pasados entre 8 y 15 días de haber sostenido el contacto sexual, empieza a sentir malestar general, dolor en los huesos, fiebre, síntomas de resfriado, lo más indicado es que corra a buscar asistencia médica.
Similar consejo da Profamilia, si se presenta lo siguiente: Ardor al orinar; supuración en los genitales masculinos; flujo vaginal con olor y color distinto al usual; dolor abdominal bajo o en los testículos; úlceras genitales; aparición de granos, verrugas, ampollas, inflamaciones o cambios no comunes en los genitales.
Posible causa del desenfreno
¿Pero por qué una fiesta como el Carnaval despierta el apetito sexual en una persona que participa en ella? La psicóloga Lucero Martínez Kasab nos comparte sus conclusiones:
“A medida que el cerebro fue haciéndose más grande y con más funciones que en los demás animales el humano fue capaz de razonar, de pensar, de detenerse ante un impulso. El deseo sexual constituye la más profunda irracionalidad del humano, es la parte más animal junto con la de matar a otro para salvar la propia vida.
Al avanzar en su organización social, los humanos crearon normas, leyes, alrededor de la sexualidad indiscriminada regulando su goce; aparece, según el antropólogo Claude Lévis-Strauss, la cultura humana como tal.
En regiones donde hay carnaval, es decir licencia para desinhibirse y quebrantar las normas establecidas es, precisamente, el control sexual el que más se infringe pues, es el instinto que más ha reprimido la cultura a través de la historia. No es de extrañar, entonces, que Barranquilla en carnavales, en medio del jolgorio tenga tanto desenfreno sexual”.
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