Esta tarde se mece con el sonido
de tamarindos maduros,
desprendiéndose de su cáscara
agridulces y carnosos.
Esta tarde se asoma tímida, con pocas brisas,
mete su rostro entre las ramas,
juega al escondido conmigo,
juega a ser niña
mientras yo intento volver a serlo.
Gajos interminables del exótico fruto,
gajos interminables de dulzón y acidez,
de viscosa pulpa dispuesta
a dejarse transformar en jalea, mermelada,
raspa´o, dulce casero, auténtico refresco,
salsa para carnes, bolitas como pasabocas
o sencillamente dejándose degustar
al quitarle sus ropajes.
Cantata de tamarindos,
tamarindos en su salsa,
equilibrada pero explosiva sensación,
y yo acunada en su encanto,
descanso, medito, sueño, recuerdo, vivo;
y yo extasiada en sus agridulces carnosidades,
río, brinco, me escondo,
juego a ser descubierta,
soy niña otra vez.
Poeta invitada: Dina Luz Pardo
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