Sin Recato
Tatiana Brugés Obregón
Muchos y muchas seguirán envidiando a Hugh Hefner por su estilo de vida abierto y despreocupado. Llegó a los otoñales 91 años, viviendo con tres de sus novias en la famosa mansión Playboy. Como diríamos en Barranquilla, se la vaciló.
Hefner, considerado como precursor de la libertad sexual, practicó el poliamor, el cual se define como una tendencia moderna en la que se tienen relaciones íntimas de manera simultánea con más de una persona, aprobadas en consenso por todos los involucrados, sin reparos y sin cantaletas.
Según la norteamericana, Dedeker Winston, experta en relaciones alternativas, el poliamor es la solución para las parejas que quieren explorar romántica y sexualmente a otras personas sin mentir o engañar.
El pilar de estas relaciones es la libertad, el intercambio sexual y la diversidad. En este tipo de relaciones, hay parejas que comparten su experiencia sobre su matrimonio abierto o matrimonio compuesto por dos parejas, incluso, el matrimonio grupal. En casi todos estos casos, después de cierto tiempo, la pareja original deja de ser pareja.
Por ser una práctica actual, no hay muchos datos estadísticos en lo que refiere al poliamor. Sin embargo, varios estudios científicos reportan que los homosexuales tienen más probabilidad de entrar a una relación poliamorosa. Esto determina que las personas abiertas tienden a responder a sus deseos, a involucrarse en estas relaciones porque tienen un interés frente a nuevas experiencias.
Bjarne Holmes, psicólogo del Champlain College en Vermont, explica que: “Las parejas poliamorosas hacen muchas cosas que, si las parejas monógamas las hicieran, sus relaciones serían mucho mejores”.
La pregunta #sinrecato es: ¿Y qué pasa con los celos?
Holmes explica que normalmente una persona involucrada en una relación monógama tiende a sentir miedo, rabia, bronca, celos y rechazo cuando piensa que su pareja está teniendo sexo o está enamorada de alguien más. Sin embargo, una persona poliamorosa está encantada y feliz de tal situación. Esto se explica por el concepto de “compersión”.
La compersión se entiende como un estado de empatía donde se experimenta felicidad cuando otro individuo la vive. En este caso en particular, cuando una de las personas de la pareja está disfrutando de otra relación, esto genera felicidad positiva para la otra persona de cualquiera de las relaciones, define el psicólogo.
La autora del libro The Polyamorists Next Door: Inside Multiple-Partner Relationships and Families, (Los poliamoristas de al lado: dentro de las relaciones de múltiples compañeros y familias), Elisabeth Sheff, explica que a pesar de ser una práctica positiva, el poliamor es complejo y es probable que nunca llegue a superar la monogamia.
La cuestión es mostrar una visión amplia sobre las relaciones modernas a nuevas generaciones. Para que puedan elegir de manera coherente, madura y consciente cómo quieren llevar su vida en pareja. Y que lo correcto va más allá de lo común o de un estilo recomendado socialmente. Porque finalmente no somos iguales y eso marca diferencia
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