De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Queensland, en Australia, el 46% de los encuestados aseguró que había llorado alguna vez en su vida después de tener una relación sexual.
Esta reacción es más común de lo que parece y puede ocurrir tanto en hombres como en mujeres y las razones son variadas. Una de las causas que más resaltan los expertos tiene que ver con la conexión intensa que tenga la pareja, y también puede ocurrir cuando se produce un orgasmo desbordado y placentero o por emociones que han estado reprimidas.
Robert Scheweirzer, uno de los investigadores del estudio, afirma que: “Después de tener sexo, entramos en la fase de resolución del ciclo de excitación sexual, que incluye una gama de respuestas emocionales. Después de sentir un orgasmo, se pueden tener sentimientos de tristeza, ansiedad, agitación o llanto”.
Si usted ha experimentado un llanto repentino durante o después de tener una relación sexual, no se sienta extraterrestre, está experimentando lo que se conoce como disforia sexual, también llamada disforia poscoital o crymaxing.
El sexo actúa como un catalizador de emociones y cada persona lo experimenta de diferentes formas, bien sea solo o en compañía, con o sin juguetes o con algún fetiche. Así también son los orgasmos, a veces te erizan la piel, te enrojecen, te agitan y también provocan variadas emociones: gemidos, gritos, risas y llanto.
La sexóloga Diana Fernández Saro explica: “La manifestación del llanto breve y espontáneo durante el sexo no es ningún trastorno, es una expresión voluntaria que forma parte de la posible respuesta sexual tras el orgasmo”.
Estela Buendía, también sexóloga, dice: “Es importante darle cabida a toda emoción, hay que dejar que fluya y observarla para ver lo que nos está señalando. Si nos hemos entregado de manera profunda al encuentro sexual, el llanto puede ser parte de una descarga emocional que acompaña a la descarga física del orgasmo”.
La duración y frecuencia con la que ocurre la disforia postcoital varía; puede ser entre cinco minutos y un par de horas. Sin embargo, si pasa de manera frecuente, es mejor consultarlo con un profesional y entender el porqué de ese llanto repentino.
Una encuesta internacional anónima online publicada en International Journal of Sex and Marital Therapy (Revista de Sexo y Terapia Marital) realizada a 1.208 hombres entre Australia, Estados Unidos, Reino Unido, Rusia, Nueva Zelanda y Alemania arrojó que el 41% de los participantes dijeron que habían tenido disforia poscoital alguna vez en su vida, el 20% lo habían experimentado varias veces y el 4% lo tenía de forma regular.
Esto demuestra que los hombres también tienen su corazoncito y de vez en cuando han soltado su lagrimita después de tener sexo, solo que son menos abiertos para expresarlo.
La pregunta es ¿qué hacer ante el llanto durante el sexo? La sexóloga Fernández Saro explica: “Si la pareja llora de manera espontánea durante el encuentro, lo más adecuado es aceptarlo como una expresión más de la respuesta sexual al placer erótico”.
De igual manera, Buendía coincide que: “En ningún momento debe juzgarse a la pareja, y más bien escucharla para poder entenderla y no pensar que es algo negativo. El llorar nos ayuda a calmarnos y a restaurar el equilibrio emocional”.
Las expertas en este caso recomiendan no reprimir el llanto, porque de alguna manera se estarían restando las expresiones de placer y de experimentar emociones y sensaciones en ráfaga.
Y aunque el llanto está relacionado con emociones negativas, en este caso, durante el orgasmo es todo lo contrario; es una señal positiva de placer, conexión y satisfacción.
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