Si en cuestión de negocios en tiempos de pandemias, las recomendaciones de expertos en economía coinciden en que hay que recurrir a la reinvención, o reingeniería, para no irse a la quiebra es oportuno constatar, en la actual por el Covid-19, con los creativos de la porno-industria. A la pregunta: ¿Qué han hecho para sostenerse?… la simple sonrisa de oreja a oreja da la respuesta.
El medio de reconocido peso periodístico en lo económico, Forbes, que no le pierde las pisadas a los protagonistas de las grandes fortunas en el mundo, en un artículo de junio del año pasado, destaca el crecimiento de la aplicación Dipsea, creada por mujeres en San Francisco (Estados Unidos), en un 84 por ciento en menos de 6 meses de haberse ordenado el confinamiento.
Citando a su cofundadora, Gina Gutiérrez, ella señala que esto es porque “el aislamiento ha animado a la gente a buscar nuevas maneras de sentir placer”.
Además, la creativa confirma el posicionamiento de la aplicación en el mercado del sexo online al audio-porno, tendencia que se ha ‘disparado’ en los últimos meses debido a que “ofrece la oportunidad de auto-calmarse en tiempos de ansiedad”.
Antes, Forbes había citado el caso del escritor, actor y productor de porno en audio, Devlin Wylde, quien aseguró que su portal web había crecido, en visitas, en un 6.000 por ciento; las suscripciones pagadas, en el 300 por ciento; y los audios personalizados, en un 200 por ciento. A la vez, destaca el caso del podcast, Wylde In Bed, que en las primeras 12 de horas de haber sido lanzado el cibermundo logró un millar de descargas.
Wylde confiesa parte del secreto. “La calidez de la voz que escuchas, la cercanía que ofrece escuchar el audio con los auriculares puestos y la forma de escapar a otro lugar guiado a través de la voz hace que la experiencia sea efectiva y sensual en las circunstancias actuales”.
Otra experiencia es la del portal de bienestar íntimo Emjoy que, de acuerdo con su CEO y cofundadora, Andrea Oliver, creció en el 160 por ciento; duplicó sus descargas en un 46 por ciento; el servicio de audios sobre el sexo consciente y la autoestima creció en el 56 por ciento; y la línea de historias eróticas subió en un 30 por ciento.
“El audio erótico es el puente que muchos buscan. Permite al oyente crear sus propias imágenes y es más cómodo también: puedes escuchar la erótica desde el santuario de tus propios auriculares”, sostiene Oliver.
Otros medios de difusión como El Tiempo, en Bogotá, y El Clarín, de Buenos Aires, citan el reciente estudio sobre el comportamiento económico del sexo online elaborado por Wow Tech, ‘Sex Trends 2021’, con base en las respuestas dadas por 17.000 personas que dieron su opinión en torno a la temática.
Concluye la investigación que el incremento llega al 25 por ciento, hasta el momento. “Los proveedores de audios eróticos están encantados con su creciente popularidad, especialmente, entre las mujeres”, se asegura en el informe.
Entre las características del negocio sobresale el manejo a los relatos eróticos mediante voces masculinas y femeninas, más la suma de sonidos sexuales como los gemidos y las palmadas. Igualmente, la oferta permite audio-pornos generales o personalizados, acordes con la fantasía que quiere vivir el visitante o suscriptor.
El estudio de Wow Tech revela, además que “el 66% de las mujeres entrevistadas no sienten que las películas eróticas convencionales despierten su deseo sexual. Por eso el audio-porno se han vuelto una alternativa para que el género femenino explore su sexualidad”.
Precisamente, sobre la experiencia en crecimiento, El Clarín recoge la explicación de la psicóloga, orientadora y diplomada en sexualidad, Gabriela Recchi. “La propuesta de este tipo de recurso es generar excitación, estimulando el área auditiva al escuchar situaciones ficticias o no de momentos sexuales, íntimos. Permite no limitar el estímulo de la imaginación, incorporar este sentido habilito otra forma de llegar al clímax”, explica.
Suma también el punto de vista de Olga Tallone, psicóloga, sexóloga y terapeuta corporal, quien afirma que el audio porno “permite que la mujer pueda elegir desde su sensibilidad, su gusto, su tendencia, aquello que permita encender nuevamente su deseo. Pero, tal vez, lo más interesante de este nuevo estímulo es realimentar la fantasía”.
Acerca de cifras que mueve el audio-porno, Forbes aún está actualizando indicadores, pues el dato que revela en su edición digital corresponde a 2019, antesala a la pandemia, cuando se movieron 8 millones de dólares en ese renglón de la industria pornográfica.
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