En el espacio que le cedemos al psicólogo y sexólogo José Manuel González (*) aborda un tema que siempre despierta incógnitas y al que muchas personas les llena de incertidumbre pero que toca enfrentar, la vejez.
“El envejecimiento es un proceso natural que afecta a todas las personas y, por supuesto, también impacta la vida de pareja.
A medida que envejecemos, nuestras relaciones cambian, evolucionan y enfrentan nuevos desafíos. Veamos algunos elementos importantes de esta última etapa de la vida.
-Cambios físicos: la aparición de problemas de salud y la disminución de la movilidad, son bastante comunes, lo mismo que cambios en la apariencia física, como la aparición de arrugas, la pérdida de masa muscular, el aumento de peso, o la caída del cabello. Estos cambios pueden afectar la autoestima de uno o ambos miembros de la pareja, influyendo en la manera en que se perciben a sí mismos.
-Cambios en la sexualidad: también puede verse afectada por el envejecimiento. Disminuciones en el deseo sexual, disfunción eréctil, sequedad vaginal o fatiga pueden alterar la vida sexual de la pareja. Sin embargo, estos cambios no significan necesariamente el fin de la intimidad y el goce sexual.
-Cambios en la dinámica de la relación: se pueden alterar los roles dentro de la pareja. Por ejemplo, si uno de los miembros se jubila mientras el otro sigue trabajando, pueden surgir nuevos desafíos respecto al manejo del tiempo libre, las responsabilidades domésticas y la identidad personal.
Los beneficios del envejecimiento en la relación de pareja:
-Mayor sabiduría y comprensión: con la edad viene la sabiduría, y muchas parejas encuentran que su relación mejora con el tiempo debido a una comprensión más profunda de sí mismos y del otro. Las experiencias compartidas y los desafíos superados juntos pueden fortalecer el vínculo y crear una conexión más sólida y enriquecedora.
-Tiempo para disfrutar juntos: después de años de trabajo, crianza y otros compromisos, muchas parejas encuentran que el envejecimiento les ofrece la oportunidad de disfrutar más tiempo juntos. Sin las presiones de la vida laboral o la crianza de los hijos, pueden concentrarse en redescubrirse y disfrutar de la compañía mutua.
-Valorar la simplicidad y la presencia: a medida que la vida se simplifica, las parejas a menudo encuentran placer en las cosas sencillas, como una conversación tranquila, una caminata al aire libre o compartir una comida. Valorar estos momentos de conexión puede enriquecer la relación y proporcionar un sentido de paz y satisfacción.
La clave para mantener una relación saludable a medida que envejecemos es aceptar los cambios como parte del proceso natural de la vida, apoyar a la pareja en las transiciones y celebrar las oportunidades que el envejecimiento ofrece para profundizar la conexión y el amor mutuo”.
Con el tiempo, la relación puede madurar y florecer, ofreciendo un refugio de amor, comprensión y compañerismo en la etapa final de la vida.
(*) Columna tomada de El Heraldo de Barranquilla.
www.drjmgonzalez.com
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