Todo nuestro cuerpo es una zona erógena potencial, que solo pide ser descubierta. No hay reglas, puede ser disfrutada solo o en compañía. Por supuesto, que hay áreas más sensibles que otras.
Erróneamente, algunos hombres y mujeres siguen centrando su sexualidad en el pene y la vagina, como lo explica la psicóloga y sexóloga Ana Victoria Ramírez:
“Muchas personas aún piensan que la única sexualidad posible le viene al hombre y de rebote a la mujer, por y a través del pene. Piensan que las caricias, los besos, los mordiscos, los susurros, las risas, los juegos, no son parte del sexo, que el sexo sólo tiene que ver con el pene y la vagina, donde siempre son los protagonistas”.
Hoy en Sin Recato vamos a hablarles del mapa erógeno del pene, de las áreas más sensibles, cómo puede ser estimulado y también explicaremos la zona circundante, como lo aborda Ramírez:
El cuerpo del pene: También llamado tronco, es una zona bastante sensible que puede ser estimulada manual o de manera oral. Un plus sería usar un lubricante para que el masaje sea más fluido y suave.
Las caricias, por lo general, se hacen con la mano en forma de anillo, de arriba hacia abajo, desde la base hasta el glande; empezar lentamente y poco a poco aumentar la velocidad. Puede usarse una mano y alternar ambas y los dedos.
Si lo que desea es retrasar la eyaculación, se logra interrumpiendo las caricias cada cierto tiempo para que el grado de excitación descienda y así prolongar la estimulación.
El glande es la parte más sensible. Puede ser estimulado usando la lengua o la punta de los dedos, preferiblemente, humedecidos, porque la fricción puede causar irritación. Es recomendable el uso de lubricante y que los movimientos sean circulares, muy suaves e ir en aumento hasta que suba la temperatura.
Los testículos: La piel que la recubre se llama escroto y es muy sensible, por eso las caricias deben ser suaves. Un masaje ligero, sin apretar fuerte y es recomendable que el movimiento se inicie de menos a más.
El perineo: Es la zona que va de los testículos al ano, conocida popularmente como el ‘nies’ y aunque es un área bastante sensible, es apreciada. Puede ser aprovechada, saboreada y manoseada. Se recomiendan estimular con movimientos ascendentes y descendentes y cuando se acerque a la zona anal, puede hacer una presión exterior, un sencillo toque.
El ano: En esta zona se encuentra el llamado Punto P del hombre (próstata) es la puerta para disfrutar de su sexualidad, sin perjuicios, sin tabúes y, por supuesto, Sin Recato. La experiencia será más placentera si se usa lubricante, cuando usen los dedos para estimular el ano. Relájese y disfrute si desea pasar a otro nivel.
Punto P: Si está decidido a experimentar con su pareja la estimulación anal. Es muy importante usar un lubricante; si es de manera manual es importante también la higiene de las manos y, por supuesto, de la zona anal. Si quiere aumentar el placer, en las tiendas sexuales puede adquirir vibradores o juguetes anales.
“Algunas parejas descubren el arte de acariciar en partes diferentes a los genitales, sin utilizar la caricia siempre como camino hacia el coito, o incluso el orgasmo. En lo que respecta al orgasmo, cabe recordar que, aunque las caricias en los genitales pueden utilizarse de forma prolongada y rítmica para lograr un orgasmo, también se pueden ofrecer como un modo de dar placer sin más, sin perseguir dicho objetivo”, concluye la sexóloga Ramírez.
Y la ñapa de la experta:
La mejor manera de conocer las preferencias de tu pareja en materia de caricias es, sencillamente, preguntándole. En algunas ocasiones los gestos de dolor provocados por caricias torpes, pero con buena intención en una zona delicada pueden ser malinterpretados como muestras de placer, por lo que es mejor decir si le gustó o no.
No hay que tener vergüenza de preguntar, ni de sugerir, ni de orientar y dejarse llevar por el momento. Tampoco hay que pensar que las instrucciones: Más arriba, o más rápido, van a restarle espontaneidad a la situación, aunque el exceso de espontaneidad, a veces, no es compañera del placer. Comunicarse mediante gestos, o guiar a la pareja con la mano, es suficiente para darse a entender.
En las parejas heterosexuales, en ocasiones a la mujer no le gusta que el hombre eyacule muy pronto durante las caricias o el coito. Lo cual no tiene que ser un problema, ya que la relación y el contacto pueden continuar, aunque él haya eyaculado.
Haber tenido un orgasmo no impide al hombre seguir acariciando el cuerpo de su compañera, aunque no tenga una erección. Ni tampoco impide que el hombre siga siendo acariciado.
La sexualidad tiene un universo de posibilidades y mientras exista confianza, comunicación y que la pareja esté de acuerdo, todo está permitido. Las experiencias son únicas y personales y como lo he dicho en muchas ocasiones; no puedes medirte con relojes ajenos. Cada uno disfruta y experimenta el placer de diversas maneras.
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