Le época de Carnaval es sinónimo de muchas cosas y dentro de esas cosas #sinrecato aborda, en dos entregas, el de la relación que tienen ciertas comidas con la creencia popular de que sirven para aguantar la rumba, erradicar el guayabo y hasta de potenciadoras sexuales, o en términos coloquiales ‘levanta muertos’.
Esta primera entrega se la concedemos a un investigador gastronómico al que invitamos a compartir su trabajo, él es Ricardo Gómez (*):
El secreto de la cocina afrodisíaca está en la fantasía
Sin entrar en definiciones concretas, se considera a un alimento “afrodisíaco” cuando este tiene la capacidad de aumentar la libido y el deseo sexual.
De hecho, Martha Hopkins, en su libro ‘Intercourses’ expresa que, “casi a todos los alimentos se le han atribuido propiedades afrodisiacas en algún momento”. Incluso, en poblaciones tradicionales, se ha asociado ciertos alimentos con la fertilidad y la reproducción.
¿Hasta qué punto puede ser cierto que un alimento aumente el deseo sexual y la libido?
Antes de dar respuesta a esta pregunta, habría que dejar claro que, como profesional de la salud y nutrición, mi labor es mostrar desde un punto de vista crítico y “científico” la veracidad de estas afirmaciones, de tal manera que permitan aterrizar las creencias y mitos comunes en el campo de la alimentación, nutrición y salud.
Dicho esto, vamos al rollo…
Dentro de los factores biológicos que permiten comprender “por qué” y “cómo” experimentamos el deseo y la atracción sexual, se hallan las hormonas sexuales, los cromosomas sexuales y el sistema inmunitario. Además, factores ambientales como la salud, nutrición y cuidado prenatal y postnatal, el peso al nacer, el estrés y las infecciones maternas, que, a través de mecanismos epigenéticos, pueden afectar el desarrollo cerebral.
No vamos a profundizar en lo anterior porque simplemente no es el caso, pero sí que debemos mencionar que la exposición temprana a esteroides sexuales, las interacciones metabólicas de las hormonas esteroideas y los cromosomas sexuales (X, Y), organizan e influyen en la expresión de genes que explican diferencias sexuales entre hombres y mujeres, así como nuestras diferencias en la libido y el deseo sexual.
Curiosamente, solemos sentir más atracción y deseo sexual por aquellos individuos con un sistema inmunitario muy distinto al nuestro, al punto que el famoso programa ‘Juegos Mentales’, de National Geographic, dedicó un apartado muy interesante en esta dirección, donde tomaban a hombres y mujeres y los exponían con ojos vendados a otros del mismo sexo o del sexo opuesto, a olores y la “esencia” de éstos (feromonas) y luego decidían si posteriormente concretaban un encuentro íntimo.
¿Por qué menciono esto? Pues, esta es la base para entender que el deseo sexual y la libido, inmerso a todo aquello le atribuimos una capacidad “afrodisiaca”, son aspectos multifacéticos e individuales, así como la expresión génica es única en cada uno de nosotros.
Así, se conoce que ciertos alimentos que contienen nutrientes, como el Omega 3, presente en nuestra región caribeña en pescados y mariscos; en nueces, como el marañón y semillas del ajonjolí; aminoácidos, como la L-Arginina (precursor de óxido nítrico) presente en la auyama, por ejemplo, y como fuente principal tendríamos la carne de res.
Compuestos antioxidantes como la Quercetina (flavonona), presente en la cebolla, remolacha, repollo rojo y manzana, por ejemplo. Y en general el grupo de polifenoles (del que hace parte la Quercetina) son nutrientes a los cuales se les ha demostrado efectos vasodilatadores, los cuales relajarían los vasos sanguíneos y, posteriormente, mejorarían el flujo de sangre en el cuerpo, incluido los genitales.
Entonces ¿Alguna vez en la Costa caribeña hemos escuchado que la auyama, la cebolla, la remolacha, el marañón y el ajonjolí son alimentos afrodisiacos? Pues…si son alimentos con tales propiedades habría que considerarlos, ¿o no?
Creencias ancestrales
Pasemos de esto y reseñemos aquellos alimentos que sí tienen estas connotaciones (que no significa que sean ciertas), algunas apropiadas ancestralmente por nuestras comunidades tradicionales y étnicas.
El cacao, una fuente importante de compuestos polifenólicos, y que ya conocemos sus propiedades, se le ha atribuido en comunidades Yukpas, halladas en la Serranía del Perijá en el departamento del Cesar, donde éstos la cultivan y procesan para su uso doméstico, relaciones con la fertilidad y la reproducción. De aquí que al chocolate negro (>70% cacao) se le atribuyan propiedades afrodisiacas.
De esto último hay que decir que los estudios que han tratado de establecer relación directa entre el chocolate y el aumento del deseo sexual no hallaron evidencia que demuestre su propiedad “afrodisíaca”.
Zhibi, una bebida a base de almidón de yuca, leche y azúcar, elaborada por comunidades indígenas de habitan a lo largo de esta misma serranía, la cual es precedida de un trabajo espiritual donde, entre otras cosas, se alude a relaciones con la reproducción (y fertilidad), junto con la virilidad.
No poco conocido en nuestra región, tendríamos los mariscos, con mayor popularidad el coctel de camarón, las ostras y el ceviche, que como ya mencionamos, por su contenido de ciertos nutrientes podría adjudicarse como “afrodisíacos”. Los moluscos como el caracol, particularmente, la sopa de caracol, también es conocida como un alimento que aumentaría el deseo sexual y la libido.
El Noni, fruto tropical y que aún se encuentra en algunas zonas de la región, se cree que estimula la producción de óxido nítrico, el cual, como también hemos mencionado con anterioridad, tiene efectos vasodilatadores y aumentar el flujo sanguíneo.
Evidencias, en entredicho
Pues bien, debo decir que, a día de hoy, no existe evidencia que respalde la existencia de alimentos con propiedades afrodisíacas, puesto que esas connotaciones tienden a ser atribuciones de orden psicológico, con una gran influencia cultural.
Y esto se explica porque el deseo sexual involucra pensamientos racionales, con características psicosociales y que inherentemente involucra muchísimas variables. No solemos pensar que el chocolate es afrodisiaco cada vez que comemos Chocolatina Jet o Chocolate Luke 85% cacao. Todo depende del contexto en el que comemos.
Lo que sí está demostrado es que un patrón alimentario saludable, que incluya alimentos saludables, en conjunto con un manejo emocional del estrés, la ansiedad y un esquema de actividad y ejercicio físico garantizan una mejor salud y vida sexual. Dicho de otra manera, es el régimen total de la alimentación y actividad física y no alimentos en particular, los verdaderos afrodisíacos.
Concluyo con una frase que resume a la perfección la idea principal de este escrito: “Si se otorga un carácter afrodisíaco a un alimento, lo es” – Andrés Flores.
(*) Ricardo Gómez M. Nutricionista – Dietista, Universidad del Atlántico. e-mail: ricardogomez.nd@gmail.com
Erotismo y sensualidad carnavalera - Sin Recato
•5 años ago
[…] La comida ‘levanta muertos’ (I) […]