La columnista del periódico El Tiempo, Cecilia Rodríguez, en su espacio de opinión, mostró cifras que mueve la industria porno en el mundo, bajo el titular ‘¿Mira porno? No está solo’, indicando que es la de más rápido crecimiento. Este es el texto:
“Todos los hombres miran pornografía, y todos ustedes lo hacen” fue el comentario reciente de una amiga, señalando a los hombres presentes durante una reunión de amigos.
La opinión de mi amiga fue lanzada para provocar discusión, y uno de los argumentos en contra fue que todavía hay gente en el mundo que no tiene acceso a teléfonos celulares o computadores, o sea que para ellos, la pornografía no está disponible presionando una tecla.
Si uno mira las cifras relacionadas con el sector, mi amiga no está tan equivocada.
La industria del porno es la de más rápido crecimiento en el mundo, con un valor que sobrepasa los 97 billones de dólares; el 12 por ciento del contenido en internet es pornografía, el 35 por ciento de todas las descargas de internet están relacionadas con pornografía, y cada segundo, los usuarios, que en gran porcentaje son hombres, gastan 3.000 dólares para acceder a ese contenido.
Según PornHub, uno de los mayores proveedores de la industria, su sitio transmitió 75 ‘gigabytes’ (GB) de datos por segundo el año pasado, suficientes para llenar 175 millones de iPhones de 16 GB, un total de 87.800 millones de visitas. ¿Qué tal?
Sabemos que las compañías más grandes de Silicon Valley, como Google y Facebook, siempre nos están mirando. El uso de perfiles digitales para predecir e influir nuestro comportamiento está en el corazón de sus modelos comerciales.
Todos los teléfonos inteligentes modernos, incluidos los iPhone, contienen ‘hardware’ que escanea cada paso que damos en internet, monitorea nuestras actividades y ubicación y recopila y retiene esos datos de forma rutinaria para ponerlos, por un precio, a disposición de terceros como los anunciantes.
Su teléfono rastrea si está dormido o despierto, si está conduciendo, caminando, trotando o en bicicleta, si está en la cafetería o en la oficina tal día a tal hora. Eric Schmidt, el expresidente de Google, dijo hace poco: “Podemos más o menos adivinar en qué está pensando”.
Al poner las computadoras en nuestros bolsillos, Apple marcó el comienzo de la era del “capitalismo vigilante”, y la pornografía no escapa de esa supervisión, incluso cuando un usuario navega por sitios web en modo incógnito.
22.500 sitios escaneados
Un nuevo estudio escaneó 22.500 sitios de pornografía y los encontró plagados de rastreadores digitales de las principales compañías de tecnología.
Los investigadores explican que, en general, los sitios pornográficos más usados no tienen mecanismos para proteger los datos de sus visitantes.
El 93 por ciento de los sitios web de pornografía que escanearon envían datos a terceros a través de ‘cookies’ –fragmentos de texto descargados por su navegador web cuando visita un sitio– o de píxeles invisibles incrustados en su pantalla. Así, los usuarios son rastreados para registrar sus preferencias.
El estudio encontró que Google, Oracle, Facebook o una de sus numerosas compañías subsidiarias tienen rastreadores en el 74 por ciento de los sitios de pornografía.
¿Por qué los rastrean? ¿Qué están haciendo con esa información tan confidencial y reveladora? ¿O qué planean hacer? Hasta ahora es un misterio.
Los visitantes de la mayoría de los sitios de sexo, a menos que sean expertos tecnológicos, no tienen forma de saber si uno de los gigantes de la tecnología tiene ‘cookies’ u otros rastreadores integrados en los sitios que visita, y, como el tema sigue siendo tabú, pues se trata de una dinámica desequilibrada en la que el consumidor de porno no puede hacer nada si sus datos terminan en las manos equivocadas.
En una era que privilegia y prioriza la recopilación masiva de información personal, mejor recuerde, si mira pornografía, que Google está observando.
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