¡Faltan solo 30 días para que termine el 2022!, así lo grito, con vozarrón de locutor. Hoy, les quiero confesar que, aunque hace muchos años me rompieron el corazón cuando supe que el Niño Dios eran los papás, revivo la tradición de enviarle la carta con la ilusión de que se cumplan algunos de mis deseos:
Querido Niño Dios:
Este año me he portado muy bien; me he cepillado los dientes a diario y he tratado de no estar todo el día conectada a las redes sociales. Estoy muy agradecida contigo porque tengo otro año de vida junto a mi familia, con mis amigos y todos esos lectores que han estado atentos de las columnas de Sin Recato y de todas las actividades que hemos organizado con tanto cariño para ellos.
Sin más preámbulos, o más bien #sinrecato, quiero pedirte algunos regalos para este 24 de diciembre. Aprovecho y te recomiendo que trates de aprovechar los madrugones, que es donde hacen más descuentos y te sugiero que redimas los puntos; la verdad, a mí me sacaron de apuro todo el año:
- Quiero que no haya más violencia en contra de las mujeres, o los niños, sea cual sea la circunstancia. No hay razón para que las estadísticas sigan creciendo; es más, no deberían existir estas cifras aterradoras.
- Quiero que cada pareja que tome la decisión de unirse en sagrado matrimonio civil, o por la Iglesia Católica, o por cualquier otro rito, lo hagan con la intención de vivir felices por siempre; y si por algún motivo no pasa, entiendan que amar a alguien también se trata de verlo feliz, así no sea contigo.
- Quiero que, desde esta columna y el portal web www.sinrecato.com sigan rompiéndose tabúes sobre sexualidad, que la educación sexual sea tomada en serio y no sea un tema superfluo, relacionado siempre con algo vulgar o morboso, y más bien sea visto como información y conocimiento, que nos proporcione argumentos para que nuestra vida sexual mejore y para que los adolescentes y jóvenes no sientan pena o miedo de hablar de sexo con sus padres.
- Quiero que cada mujer y cada hombre experimenten los más explosivos, duraderos y desbordantes orgasmos de su vida en estos 30 días que quedan del año y el nuevo 2023 que llega. No importa que estén solos o en compañía.
- Quiero comer sin engordar (¡Por favor!..) y tener muchas ganas de hacer ejercicio (¡Te lo pido, Niño Dios!..).
- Quiero seguir creyendo en mí, que puedo alcanzar todos mis sueños y que ni los días grises, la apatía, los tropiezos, las dificultades, el miedo, la desconfianza y los ‘bajacaña’, me hagan desistir de conseguirlos.
- Quiero que esta Navidad todos se sienten en la mesa, con todos los miembros de su familia, y que conserven en el corazón a aquellos seres queridos que ya están en el cielo para vivan eternamente.
- Quiero que llueva sin causar estragos, más bien que sean lluvias de bendiciones para todos y que los damnificados del Atlántico y de toda Colombia recuperen su hogar.
- Quiero un nuevo celular (no me importa la marca, solo que sea bueno, bonito y barato).
- Quiero salud para mi familia, mis amigos y todos ustedes; quien tiene salud, lo tiene todo. Para todo lo demás existe MasterCard.
- Quiero que todos y cada uno de mis deseos se cumplan, y los tuyos también.
- No permitas que ningún niño duerma sin comer, o que se quede sin su regalo, pero sobre todo que su inocencia se mantenga intacta.
Gracias por leerme Niño Dios.
PD: Yo sé que Papá Noel y los Reyes Magos te ayudan también, así que no me pongo brava si me dejan un detalle. Lo recibiré con mucho cariño.
Atte.
Sin Recato
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