Sabor de labios, sabor de boca,
aroma de senos que mi respiración sofoca.
suspiros y abrazos, vórtice de miradas,
enredos de piernas y razón poca.
Piel sudorosa, piel que provoca, la sangre hierve y me levanta, me llevo tu alma loca,
torbellino de olvidos, atrapados por
la lujuria que el momento evoca.
Ahora la calma nos toca,
oh realidad no llegues, no abras la puerta
bendita inoportuna, dura como la roca.
Cansado el templo, a Morfeo invoca,
tomo tus manos y a lo más alto vamos,
trono donde mi corazón te coloca.
Poeta invitado: José Gregorio Hoyos Muñoz
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