La belleza es un concepto, cada vez más, subjetivo. Está relacionado con nuestro entorno, cultura, raza, tradiciones y muchos otros factores.
Es así como este concepto no siempre es sinónimo de medidas perfectas, peso ideal, estatura o color de piel. Tiene más que ver en con que te aceptes tal y como eres; con tu personalidad; con tu energía; con tus defectos y virtudes; tu oscuridad y tu luz. No eres el reflejo del espejo. Eres ese todo como te ves que, muchas veces, es mejor que como te ven los demás.
La ex Señorita Colombia 2011, la barranquillera Daniela Álvarez, en el mes de mayo se sometió una cirugía que le cambiaría su vida para siempre. “Inicialmente vine por una operación que, supuestamente, era sencilla; era extraer de mi abdomen una masa pequeña, del tamaño de una moneda de 200 pesos, pero cuando los médicos empezaron a extraer, se dieron cuenta que estaba muy pegada a mi aorta”, afirmó la modelo.
A prueba de todo
Luego de esa primera intervención fueron necesarias tres cirugías más para reconstruir la arteria afectada, pero esto le generó una isquemia lo que provocó un problema circulatorio desde el ombligo hasta sus pies. “Mis piernas están bien pero mis pies se vieron afectados en especial el izquierdo, al que no le llega sangre”, puntualizó.
Daniela tomó la decisión de someterse a una nueva cirugía, la más crucial y decisiva de todas. Fue así como le amputaron su pie izquierdo y parte de su pierna. Ahora le espera una prótesis que “me permitirá volver a bailar, a correr, y todas las cosas que me gusta hacer”.
“Quiero compartir con ustedes mi nueva versión. Amo mi cuerpo igual que antes. Estoy feliz de estar aquí, en este mundo, para superar todos los retos que vienen en mi nueva vida. Sé que de la mano de Dios todo lo lograré”, expresó Daniela luego de su cuarta cirugía.
La ex reina ha recibido el apoyo incondicional de su familia, amigos y de sus seguidores en redes sociales en la que, a través de mensajes y oraciones, les expresan afecto y admiración, porque ha demostrado su entereza y valentía al asumir esta dura prueba.
Su optimismo y tranquilidad se refleja en su rostro y en cada frase que dice: “¿Pies, para qué los quiero?, si tengo ¡alas para volar!”.
Este tiempo de confinamiento dejará huella en nuestras vidas, una más fuertes que otras, unas más sencillas otras más complejas. Mi solidaridad para Daniela por sus ganas de vivir y no detenerse ante la adversidad.
Es difícil no cuestionarse y pensar, ¿Qué haría en una situación similar? Y sin pensarlo mucho puedo decir, que todo en nuestra vida tiene un propósito, nada es casualidad! Y tú, en una situación similar, ¿Qué harías?
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